María de Mingo Carranza es una de las pocas intérpretes de cítola de España. Con una formación y una trayectoria fundamentadas en los instrumentos de plectro y púa, fue su afán curioso lo que la llevó a descubrir e introducirse en el fascinante mundo de la música medieval a través de este instrumento
Por Fabiana Sans-Arcílagos & Lucía Martín-Maestro Verbo
Especializada en instrumentos de púa por el Conservatorio Superior de Música de Aragón (CSMA), María de Mingo Carranza, oriunda de Zaragoza, se dedica desde hace años a profundizar en el estudio de la cítola, instrumento que descubrió, principalmente, gracias a los cursos de música medieval de Besalú: ‘Siempre he tenido muchas inquietudes hacia cursos de formación ya sea de creación para la cuerda pulsada, o incluso talleres de jazz o de música contemporánea, aunque lo cierto es que desde el principio he tenido una inclinación especial hacia la música antigua, concretamente hacia los instrumentos de plectro (…) Así que, leyendo artículos sobre los “antepasados” (entre comillas porque el tema de la palabra antepasado es complicado) de los instrumentos de púa, empecé a leer artículos sobre la cítola y la guiterna. Continuamente iba entrando más y más en el tema, y cada vez tenía más ganas de poder tener este instrumento en mis manos, de poner tocarlo (…) hasta que, por fin, como si me hubieran leído la mente, apareció en Huesca un curso de música en la Edad Media dirigido por Mauricio Molina; esa fue mi primera ocasión de coger una guiterna y trabajar el repertorio del Llibre Vermell de Montserrat. Fue amor a primera vista. Mauricio fue quien me habló de Besalú, así que fui a hacer el curso de música medieval donde pude ya tocar la cítola y familiarizarme con otros repertorios, y desde entonces no he podido dejarlo’.
Para María, la cítola le aporta ‘aire fresco porque, siendo de plectro, a la hora de trabajar, el proceso es muy diferente. No es un trabajo que consista en coger un repertorio que ya está escrito para un instrumento definido, por ejemplo, un concierto para mandolina napolitana de cuatro cuerdas dobles y con esta mandolina voy a tocar este concierto, sino que con la cítola todo empieza en la parte de toma de decisiones a la hora de construir el instrumento y decidir el número de cuerdas, el de órdenes que va a tener el instrumento o, por ejemplo, la afinación va a llevar, ya que todo es muy hipotético’. Si nos centramos en este último aspecto, existen tratados que pueden dar alguna idea ‘como Summa Musice del siglo XIII o el de Jerome de Moravia, pero lo cierto es que no hay —hasta el momento— un único testimonio que indique concretamente el encordado de un instrumento de este tipo’.
Otras cuestiones a tener en cuenta son ‘las cuerdas de tripa, que hay que aprender a lidiar con ellas y cómo se comportan, los plectros los tipos de materiales que se usan, pues unos funcionan de una manera y otros funcionan de otra…’. Por todo ello, comenta De Mingo, es muy importante conocer los estudios, leer, analizar y aplicar lo que puedes hacer con tu instrumento ‘es un proceso muy creativo, pero muy teórico a la vez (…) Cuando tú estás construyendo un acompañamiento que no está escrito —porque no hay nada escrito, lo que está escrito es la melodía—, tienes que poner en marcha los procesos compositivos a tiempo real y tomar las decisiones correctas para poder crear esta línea. Y, por supuesto, te tienes que basar en conocimientos teóricos para entender cómo funciona laa música de este periodo y así poder realizar un acompañamiento acorde en estilo y temporalidad a lo que está sonando’.
Las inquietudes de María van más allá de los instrumentos y la música medieval. Su pasión por las nuevas tecnologías la ha llevado a indagar en los aportes y beneficios que estas puedan tener por y para el bien de la sociedad a través de su labor como docente. En términos educativos, y centrándonos en la incidencia de los medios audiovisuales, específicamente en el tratamiento de la música medieval, nos comenta que ve ‘positivo la disposición por escenificar estos ambientes, ya que es una manera de generar difusión y curiosidad por la época y la música en una mayor cantidad de público, siempre que esté históricamente informada. La parte negativa de estas producciones es que la música no se suele corresponder (…), es esa creencia de que la música medieval es épica, con una súper orquesta… En este sentido, creo que aún nos queda trabajo por hacer, tanto pedagógico como de asesoría’.
Sin duda alguna, De Mingo es una de las intérpretes que más destaca del panorama musical dedicado a la Edad Media. Su dedicación, casi exclusiva al instrumento, ha generado un enorme interés en músicos, melómanos y público en general, convirtiéndola en una de las referentes del país en este ámbito. Conjuntamente, una de las cuestiones que más le gusta ‘es tocar con otros colegas por los vínculos que se crean y por el feedback, la retroalimentación entre músicos y los puentes que se crean con el público’. Así, su nombre se une a proyectos como EGERIA, agrupación vocal con la que colabora desde su fundación; Vetera, proyecto creado por María y la organetista Cristina Alís, que tiene su centro en la experimentación sonora y readaptación del repertorio vocal a los instrumentos de ambas; o Ipsum femina, proyecto que combina música y dramaturgia centrada en el Libro de Marguerite Porete, entre otros. Asimismo, se encuentra trabajando en lo que será su primer programa a solo.
Hablamos con ella sobre la situación en la que se encuentra el mundo de la música medieval en la actualidad: ‘Yo creo que estamos viviendo un buen momento, pero siempre hay margen de mejora. Conforme van pasando los años, van apareciendo más investigaciones y hay más interés en este tipo de música, y eso es muy positivo. Vamos in crescendo, vamos avanzando’. Ante la pregunta de si cree que podría tratarse de algo pasajero, es muy contundente: ‘Podríamos pensar que se trata de una moda, pero hay modas que están para quedarse. Aunque igual no es tanto la música medieval en concreto sino la música antigua en general, pues hay una mayor eclosión de agrupaciones que trabajan estos repertorios. También comenta que, gracias a las investigaciones, receptividad y creciente interés por parte del público, ‘no creo que vaya a disminuir, sino que va a ir mejorando y evolucionando. Vamos hacia arriba’.
Finalmente, a la joven intérprete le gustaría legar ‘un mayor conocimiento en el público del instrumento y de todo lo que se puede hacer con una cítola a nivel de sonoridad y recursos, de combinación con voces o con otros instrumentos (…) abrir nuevos horizontes y que se vean todas las posibilidades que existen en él. Me gustaría que no se viera como una cosa lejana, sino generar en el mundo actual la propia entidad del instrumento, igual que la tiene el violín o la guitarra, que sea un instrumento más y no una curiosidad de museo, que tenga su sitio’.
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