Si Barbara Strozzi levantara la cabeza estaría orgullosa del trabajo que se está haciendo en España con sus obras. Varias agrupaciones centradas en la recuperación y visibilización de la música escrita por mujeres la han tomado como punto de partida para sus programas. Dolce Rima, liderado por Julieta Viñas y Paula Brieba, elige a esta importante figura como eje de su nuevo disco, Saffo Novella, en el que se dejan ver en una absoluta y establecida madurez musical.
Por Fabiana Sans Arcílagos & Lucía Martín-Maestro Verbo
Iniciamos esta nueva temporada de Mulierum compartiendo con todos ustedes pequeños diálogos. En esta ocasión, arrancamos con dos mujeres imprescindibles para el panorama actual de la música antigua en España y que forman Dolce Rima. Paula y Julieta nos reciben amablemente y contestan a nuestras preguntas con honestidad y sinceridad. Hablamos de su trayectoria y de su trabajo, pero también de su visión de la situación nacional para las agrupaciones de su perfil, del público y de los nuevos formatos de concierto.
Fundado en 2009 por las valencianas Julieta Viñas y Paula Brieba, Dolce Rima es uno de los conjuntos españoles más destacados. Este dúo profundiza y difunde el repertorio del Renacimiento y Barroco español, además del Seicento italiano. En poco más de una década, la soprano y la tiorbista se han presentado en importantes festivales nacionales e internacionales y además obtuvieron el Premio GEMA al Grupo Joven en 2015.
De estos primeros años en los que se conocieron haciendo música por puro placer hasta formalizar este proyecto se puede percibir una positiva evolución ligada a una enorme experiencia, que queda plasmada en cada una de las presentaciones del grupo. Tanto Brieba como Viñas poseen amplias carreras musicales, pero si nos centramos en el conjunto, ambas coinciden en que en estos más de diez años han ido creando un lenguaje propio, en el que, sin salir de la norma, han configurado su propio sello. Según nos comentan, ‘cuando empezamos éramos más puristas, pero hora que dominamos el lenguaje y lo tenemos muy interiorizado nos permitimos, en ocasiones, salir y combinar cosas propias con otros recursos, como por ejemplo una melodía china u otros materiales del siglo XX, que contribuyen a la creación. No es algo que hagamos comúnmente, ya que nos mantenemos fieles a las fuentes y época que trabajamos, pero nos parece importante aportar nuestra forma de entender la música. Al final, es contar una historia, unir conceptos, elementos, aunarlos y recrear una sensación. El público y nosotras tenemos que viajar con la música’.
Y es que, en esta exploración dentro de su propio proyecto, el dúo ha ampliado su visión apostando por la creación de programas en formatos variables, en los que incluyen a colaboradores asiduos que se vinculan con su filosofía musical. Sobre esto, acotan que ‘la base de Dolce Rima es el dúo, pero siempre que lo necesitamos, y bajo un planteamiento que resulte favorable musicalmente, contamos con colaboradores, que son siempre los mismos para cada programa. Por esto, intentamos mantenernos fiel a las personas que participan con nosotras, ya que lo principal es que compartan la misma visión musical e interpretativa’. ‘Si ves que a la historia que queremos contar le viene bien, por ejemplo, el sonido de la flauta, nos parece más enriquecedor incluirla que mantenernos fijadas al formato dúo, aunque la esencia somos nosotras dos. Es mucho más interesante siempre ampliar el abanico’.
Ha sido precisamente en esta ampliación donde ha llegado su nuevo disco, Saffo Novella, en el que el conjunto unió sus ideas e investigaciones a las de la soprano Laura Martínez Boj y la viola de gamba de Xurxo Lois Varela Díaz, para presentarnos un programa dedicado a los dúos de soprano y bajo continuo de Strozzi. I baci, Godere e Tacere o Dal Pianto de gli amanti scherniti s’imparo a far la carta, son tres de las obras que podemos encontrar en este disco, que busca recrear, entre otras cosas, a través de los dúos ‘la dualidad entre Barbara Strozzi y Safo, la mirada en el espejo y las almas unidas’.
Profundizando un poco más en la construcción de este nuevo programa, nos comentan cómo surgió la idea y que fue, precisamente, a raíz de un concierto en Italia: ‘fuimos a tocar a Florencia, aunque el programa era un poco mezcla. Y, al ver lo bien que funcionaban las voces y la preciosidad de música, decidimos comenzar a buscar e investigar’. ‘La idea inicial era hacer un disco del Seicento, pero como lo más grabado de este repertorio era tiorba y voz, quisimos hacer algo más allá, y por eso contamos con Laura’. Gracias a este giro en su perspectiva, decidieron consagrar su disco de repertorio italiano a la magnífica compositora: ‘investigamos cómo Strozzi se veía a sí misma en un entorno tan complejo como era en el que ella se movía (…) Y, al analizar los textos, indagando en esto, vimos la dualidad entre Barbara y Safo. Nos pusimos a trabajar, buscamos los dúos y la manera de construir la formación adecuada. Strozzi quería ser como Safo: se mira en el espejo y quiere ser ella, entonces decidimos recrear esto haciendo los dúos entre las dos sopranos que simbolizan esta unión’.
La conversación fluye y cambiamos un poco de tercio para centrarnos su experiencia y situación actual: ‘Estamos muy contentas con lo que hemos conseguido hasta ahora y con la acogida del último disco, aunque nos encontramos en un momento en el que no somos ni grupo emergente ni consagrado: es un punto de inflexión, un momento determinante en nuestra carrera como dúo’. Esta es desde luego una situación comprometida para las agrupaciones que, una vez han culminado la primera etapa y consolidada su madurez, se enfrentan a nuevos y apasionantes retos que les permiten encontrar su propio espacio.
A esto se suman las particularidades propias de la contemporaneidad que de alguna manera pueden condicionar nuestro trabajo como músicos: ‘Hoy en día hay que estar muy esclavo de redes sociales. Hay quienes van a optar más por grupos más “famosos” porque piensan que va a haber más público. Están mirando si se va a llenar y no el producto musical. Aunque sería injusto decir que lo musical no se valora porque hay muchos programadores que sí lo hacen. Es todo cuestión de encontrar el equilibrio’.
No obstante, para que un ensemble de estas características haya cumplido ya casi trece años de edad, no cabe duda de que han sabido hacer un buen trabajo, seducir al público y darle lo que buscaba: ‘Siempre hemos recibido feedback positivo. La gente valora cuando haces las cosas de verdad, cuando lo que estás interpretando es porque lo sientes así’. Aseguran que ‘hace que todo el esfuerzo merezca la pena. El público es la mayor recompensa. Le da sentido a todo. La magia del concierto en vivo es esa, cuando tienes al público delante y observas sus reacciones. Eso enriquece también la interpretación’.
Sin embargo, en relación al propio concepto de concierto, confiesan sentirse algo escépticas: ‘creemos que es necesario cambiar el formato de concierto porque es algo muy del siglo XX. Lo de estar una hora y media en una sala, eso ya ha caducado, sobre todo en el momento en el que vivimos de la “inmediatez”, en el que la gente ni siquiera va al cine y solo ve series’.
Como podía esperarse, la conversación deriva hacia el ya consabido tema de los nuevos formatos de concierto, que cada vez son más habituales en los festivales. Sobre esta cuestión, aseguran estar de acuerdo con el planteamiento, aunque con matices: ‘nos parece bien que se busquen nuevos formatos, pero siempre teniendo en cuenta qué música vas a hacer y dónde. Es importante que se hagan cosas diferentes para atraer público joven o no pero también hay que cuidar el lugar donde se toca. Hay sitios que sí que están bien, pero otros te impiden tocar bien y, a veces, por situar un concierto en un lugar insólito estás matando la propia actuación. Y sí, hay que buscar nuevos públicos, pero no se puede plantear todo para este nuevo público e ignorar al de siempre’. A colación de este tema, hacen una aseveración muy interesante que no queremos dejar de resaltar, y es que ‘a veces se hacen propuestas pensando que el que te va a escuchar es ignorante y eso no puede ser. Para disfrutar de la música no hay que “saber”, hay que sentirla. Cuando la gente va a un concierto, va a disfrutar’.
Paula y Julieta, fieles al impulso que las unió, no cejan en su empeño de ser embajadoras de la música española y nos cuentan sus planteamientos ideales con respecto a la internacionalización: ‘nos gustaría exportar nuestra visión del Renacimiento español, que es inmenso. El poder llevar esto fuera, llevar lo que realmente es nuestro, que no aparece ni en los libros de historia de la música y de lo que hay un repertorio inmenso. De aportar este granito de arena en Europa, estaríamos encantadas’.
La conversación con estas dos destacadas profesionales se extiende, pero estas páginas no dan lugar a más. Nos despedimos y culminamos esta pequeña charla deseando de todo corazón que llegue el día en el que el dúo Dolce Rima llegue a ser embajador de nuestro patrimonio más allá de nuestras fronteras. Con esto, les damos nuestra más sincera enhorabuena. Sin duda alguna, un referente en nuestra tierra y que, estamos seguras, seguirá labrando un exitoso camino musical con su trabajo, tesón y enorme calidad interpretativa.
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