En esta sección de Melómano hablaremos de la dificultad que tienen las instituciones culturales y artistas para conectar con una sociedad que se encuentra en un cambio constante y que demanda cada vez mayor inmediatez.
Por Miguel Galdón
¿Es compatible la experiencia artística con esta nueva sociedad? ¿Cómo conseguimos establecer vínculos emocionales para atraer espectadores a nuestras propuestas artísticas?
A lo largo de la historia, las manifestaciones artísticas han contribuido a forjar la identidad de las distintas sociedades. Uno de los aspectos esenciales, y que se ha mantenido desde el inicio de los tiempos, es la emoción.
Pienso por un momento en las tragedias y comedias que se representaban en la antigua Grecia y cómo contribuyeron a transmitir y preservar mitos y leyendas, a la vez que se reflexionaba sobre los valores y creencias fundamentales de aquella sociedad. También llegan a mi cabeza los recuerdos de un concierto reciente, en el que la comunión del maestro con los músicos y con el público fue total, transmitiendo a través del sonido las emociones más profundas de la música de Gustav Mahler.
Si seguimos buscando ejemplos a lo largo de la historia, y en nuestra experiencia personal, veremos que cuando existe una conexión emocional a través del arte, se produce la magia. Esos momentos casi indescriptibles son los que, en mi opinión, dan verdadero sentido a la existencia.
Como gestor cultural, músico y amante del arte, me encanta analizar cuál es esa relación entre las personas y las manifestaciones artísticas, especialmente en el mundo de la música y el teatro, que son las disciplinas que más me han influido. Y así es como nace ‘Conectando emociones’, un espacio para mentes inquietas con ganas de saber más sobre la relación entre las personas y la cultura en el siglo XXI.
¿Para qué se ha utilizado el arte?
No podemos entender lo que sucede en la actualidad sin hacer un breve recorrido por lo que han significado el arte y la cultura para los seres humanos desde el comienzo de nuestra existencia. Sin embargo, no haremos un análisis cronológico, sino más bien una breve aproximación desde la perspectiva del uso que se le ha dado en diferentes momentos históricos, cómo las sociedades se han acercado a las experiencias artísticas y de qué manera han formado parte de ellas.
Como se podrá observar, la mayor parte de estos usos de la expresión artística han convivido a lo largo de diferentes periodos históricos y algunos de ellos todavía conviven en la sociedad actual. Es por ello por lo que no existe una frontera clara entre unos y otros, aunque sí haya habido contextos históricos en los que tuviera prevalencia alguno de ellos.
…para dar culto a los dioses
En el sentido más amplio, el culto a la divinidad ha sido una fuente inagotable de experiencias artísticas. Las danzas y la música formaban una parte esencial de los rituales, pero también la arquitectura, la escultura y la pintura han servido para rendir culto y adoración a los dioses en diferentes culturas y civilizaciones.
En muchas de estas manifestaciones vemos la importancia de trascender a lo terrenal, de conectar con lo divino y dejarse llevar a otro mundo.
…al servicio de la política
A lo largo de la historia, el arte también se ha utilizado como herramienta para expresar y promover ideas partidistas, comunicar mensajes ideológicos y legitimar el poder de los líderes y regímenes políticos.
En esta categoría podemos englobar desde pinturas que relatan hechos históricos de manera favorable hasta los himnos nacionales, pasando por la literatura, las canciones protesta, las construcciones monumentales o las obras de teatro político.
A propósito de este tipo de teatro, que surge a comienzos del siglo XX, cabe destacar que supone un cambio de paradigma, ya que en una época donde la experiencia teatral estaba reservada a la burguesía y la clase trabajadora quedaba al margen, surge esta corriente que pone en el centro de las obras teatrales los problemas del proletariado, lo que provoca un cambio importante en la audiencia de este tipo de representaciones.
…al servicio de la corte
En este entorno, numerosos artistas han tenido la oportunidad de desarrollar en buena medida su trabajo debido a la cantidad de recursos disponibles, ya que los grandes líderes y monarcas hacían sostenible su existencia para expresar su poder y riqueza, a la vez que impulsaban su imagen y legado.
En un contexto de opulencia y ostentación como el que presentaba la corte tuvo su primera aparición a principios del siglo XVII un tipo de espectáculo que ha llegado hasta nuestros días: la ópera.
…al servicio de la burguesía
La revolución industrial tuvo como consecuencia una gran transformación en la sociedad, pasando de una estructura estamental a una de clases. El auge de la burguesía propició la aparición de grandes mecenas y filántropos que permitieron el desarrollo de nuevos modelos y estructuras artísticas.
Algunos de estos amantes de la cultura han sido muy relevantes por sus contribuciones. Ejemplos como los de Andrew Carnegie, que financió el Carnegie Hall; familias como Guggenheim o Thyssen, y sus importantes museos; Gertrude Stein, que fue mecenas de pintores como Picasso o Matisse… Sus aportaciones hicieron posible un nuevo concepto de arte en el que prevaleció la libertad creativa.
…democratización de la cultura
Cuando hablamos de democratización de la cultura nos referimos al proceso de hacer que el acceso a la cultura, las artes y la educación sea más amplio, inclusivo y accesible para todas las personas, sin importar su origen social, económico o cultural. Esto implica romper las barreras preestablecidas por los modelos anteriormente descritos que limitan la participación en la cultura, permitiendo que todos puedan disfrutar y contribuir al patrimonio cultural de una sociedad.
Los fundamentos de la democratización de la cultura son el acceso igualitario, garantizando que todas las personas tengan igualdad de oportunidades para participar en actividades culturales y artísticas; educación cultural, garantizando el derecho a la cultura desde el currículo escolar; diversidad cultural, promoviendo y valorando la riqueza que aporta la diversidad e incluyendo a todos los colectivos en la creación artística; medios digitales, que permiten compartir y difundir las experiencias culturales a la vez que fomentan la colaboración y la creación colectiva; participación activa, haciendo partícipe a la sociedad de los procesos de creación y toma de decisiones culturales, favoreciendo la expresión individual y colectiva.
Las políticas de democratización cultural surgieron en la segunda mitad del siglo XX (¡hace más de 50 años!) y todavía hoy estamos lejos de ver esa deseada igualdad de oportunidades para disfrutar de nuestro patrimonio cultural en todas sus vertientes.
Y este es precisamente el punto de partida del viaje que nos permitirá descubrir en los próximos números de Melómano cuáles son las estrategias, herramientas y recursos que están al alcance de los profesionales de la gestión cultural para abordar los retos que plantea la democratización cultural en nuestros días.
Javier Callejo dice
Muy de acuerdo con el contenido del escrito. En todo el recorrido que se hace se refleja algo esencial, el arte, la cultura y el pensamiento es la manifestación que nos diferencia, a mejor, del resto de seres vivos de la naturaleza a la que, indefectiblemente pertenecemos. Es un ir más allá y ello gracias a la capacidad de objetivar nuestra visión de la realidad al hacer un análisis, obviamente subjetivo, de nuestro entorno y nuestra memoria sacando conclusiones, correctas o incorrectas, pero creativas del entorno que nos rodea y del devenir del tiempo.