El próximo 19 de marzo a las 19 horas en la Basílica Pontificia de San Miguel de Madrid, con obras de Marc-Antoine Charpentier (1643-1704)
Delirivm Musica, galardonado recientemente con el Premio a Mejor Grupo Barroco siglo XVIII y Clasicismo en la VI Edición de los Premios GEMA 2020, nos propone en esta edición del FIAS 2021, organizado por la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid y dirigido por Pepe Mompeán, un monográfico sobre Marc-Antoine Charpentier (1643-1704).
Su director, Juan Portilla, conforma un programa de concierto utilizando como hilo conductor una de las obras escritas por Charpentier para los funerales de María Teresa de Austria (1638-1683) y la relación que este pudo mantener tanto con la reina consorte de Francia como con su hijo, el Gran Delfín.
María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, infanta de España y Portugal, archiduquesa de Austria y, al contraer matrimonio con su primo Luis XIV, reina consorte de Francia y de Navarra, fue conocida como la reina triste.
De los seis hijos que María Teresa concibió, solo uno llegó a sobrevivirla, Luis, el Gran Delfín. Esta desafortunada vivencia, las numerosas infidelidades del rey y el total desapego mostrado hacia ella, marcarían la vida de la reina hasta el punto de confesar, ya en su lecho de muerte, que solo conoció un día de auténtica felicidad desde su llegada a Francia. María Teresa de Austria falleció en Versalles el 30 de julio de 1683, rodeada por su hijo el príncipe Luis y por algunas de sus damas.
Hay personas tristes, porque han nacido así y otras personas que la tristeza se la impone la vida. Este es el caso de mi señora María Teresa. La vida no la ha tratado bien. Hoy ha muerto y para mí ha sido como sobrevivir a un hijo. Era joven y debería haberlo tenido todo, sin embargo le faltó lo más importante, el amor.
Esperanza Varo Porras
El título que da nombre al programa de concierto, De Profundis, es la última de las obras que Marc-Antoine Charpentier compuso para los funerales de María Teresa de Austria. Se interpretó en uno de los escenarios más sagrados y solemnes del Palacio de Versalles, su capilla.
Esto nos da una idea de la estima que el propio Luis XIV tenía por su música, si bien nunca llegó a ocupar funciones oficiales en la corte. Su De Profundis, obra realmente inspiradora, destaca por su inigualable originalidad, capacidad evocadora y trascendencia histórica en la música sacra de la segunda mitad del siglo XVII.
El programa de concierto consta de dos obras instrumentales, Pour un reposoir y Sonate à huit, que preceden a otras dos obras vocales, De Profundis y Magnificat à 3 voix. En dichas obras instrumentales apreciamos la delgada línea existente entre la música sacra y la profana. La utilización de idénticos materiales, la instrumentación y la forma, evidencian una misma intención compositiva, la de persuadir y conmover a quien la escucha.
Pour un reposoir, pieza instrumental a cinco partes, que abre el concierto, intercala entre sus movimientos dos intervenciones de canto llano. Se trata de una obra sacra concebida para ser interpretada en honor al difunto antes de sus funerales, generalmente en recintos no sagrados como estancias y aposentos o lugares donde no se disponía de un órgano.
La Sonate à huit es un claro ejemplo de obra instrumental profana. Su forma, su instrumentación y sus danzas, son, al igual que en los tapices de bellas escenas de naturaleza, un claro ejemplo de idealización de lo pagano, de lo bucólico. De esta manera, la obsesión por la imitación de la naturaleza y la recuperación de los ideales de la antigua Grecia clásica, trascienden el propio carácter de las obras. Esta premisa acaba por instalarse tanto en composiciones sacras como profanas durante todo el periodo barroco.
En el Magnificat à 3 voix, obra que cerrará el concierto, encontramos un bajo ostinato de chacona y sencillas melodías de aire pastoril que acompañan de manera sobresaliente al poema de la Virgen. Este bajo y su acompañamiento melódico son un reflejo de lo terrenal, de lo humano. De esta manera, Charpentier consigue representar a la perfección la emoción que la Virgen María siente cuando pasa de ser una humilde sierva del señor a saberse la madre del hijo de Dios en la Tierra.
Este programa de concierto, relacionado con nuestro pasado y patrimonio históricos, nos acerca a vivencias, personajes y músicas de una época de gran intercambio cultural en Europa. Nos muestra un periodo exuberante de nuevas formas de expresión y comunicación artísticas y donde se fija la idea, siempre controvertida a lo largo de la historia, del espectáculo total.
Un espectáculo donde se aúnan poesía, música y danza, donde el discurso musical queda supeditado a la palabra y donde los personajes manifiestan efusivamente sus emociones. La práctica musical en la Europa del siglo XVII, independientemente de su función, ya sea de carácter sacro o profano, se impregna de aires populares, de gaitas, bordones y guitarras, de ostinatos, de ternarios y hemiolias, realzando, así, la idea de una nueva corriente humanista basada en la recuperación de la antigua tradición greco-latina, de sus artes de persuasión, de su teatro, de su música y de su poesía.
Deja una respuesta