Después de más de veinticinco años de trayectoria ininterrumpida, el Cuarteto Brentano sigue disfrutando como el primer día de hacer música de cámara. Tras haber pasado por los escenarios más importantes de los cincos continentes, un año más podremos disfrutarlos en España (8 de enero en Murcia y 12 de enero en Madrid), siempre con las obras más notables del repertorio camerístico y con especial atención a la música de Beethoven. En primavera saldrá a la luz su nuevo trabajo discográfico, que incluirá algunos cuartetos de Mozart, pero también tienen pendiente de estreno varias obras de autores contemporáneos, ya que no renuncian a la nueva creación.
Por Susana Castro
El Cuarteto Brentano fue fundado en 1992 en la Juilliard School de Nueva York, ¿de quién partió la idea de formalizar la agrupación? ¿De dónde toman su nombre?
Mark y Mishaeran estudiantes de posgrado en la Juilliard por entonces, y se conocieron tocando música de cámara en el Marlboro Music Festival durante un verano. No existe una fórmula para formar un cuarteto de cuerdas, pero lo que sabíamos era que queríamos pasar nuestras vidas tocando en un cuarteto. Serena había sido compañera de Mark en la Juilliard, y tocaba en uno o dos grupos de estudiantes. Michael Kannen, nuestro violonchelista inicial, era amigo de Misha por un festival de música. En cierto modo, es como salir con alguien: buscas a alguien que comparta tus valores, que se encuentre en una situación similar en la vida, alguien con quien puedas sentir «empatía».
Cuando un grupo elige un nombrese necesitatener en cuenta tres criterios: debe ser fácil de pronunciar o deletrear, debe ser fácil de recordar y, lo más importante, debe tener un significado especial para el grupo. Cuando nos unimos por primera vez en 1992, lanzamos muchas ideas de nombres. En algunos casos, creíamos tener una buena idea, pero luego descubríamos que otro grupo ya lo había usado. El nombre «Brentano» nos lo asignó el pianista Thomas Sauer, que ahora está casado con Serena (nuestra segunda violinista). Nos llamamos así por una mujer, AntonieBrentano, que fue una gran amiga, patrona y estudiante de piano de Beethoven. Algunos creen que ella era la mujer anónima a quien le escribió su famosa confesión de amor (sus cartas a la «Amada Inmortal»). Los cuartetos de Beethoven son primordiales en nuestro trabajo, y el nombre de Brentano sugiere una asociación íntima con él.
¿Quiénes forman actualmente el Cuarteto? ¿Continúan siendo los mismos miembros desde su fundación?
Algunos cuartetos experimentan diversos cambios entre sus miembros a lo largo de su existencia, como el Cuarteto Juilliard; otros, sin embargo, no tienen ninguno, como el Cuarteto Amadeus. Para un cuarteto, un cambio de miembro es, cuando menos, brusco, e incluso puede ser estresante y molesto. Hemos tenido la suerte de cambiar de miembro tan solo una vez: en 1998, nuestro violonchelista original Michael abandonó el grupo para poder tener más tiempo para su familia y Nina se unió a nosotros. Durante los últimos veinte años no hemos tenido cambios.
En sus primeros años de andadura fueron premiados con prestigiosos galardones. ¿Qué significaron estos reconocimientos en el comienzo de su carrera?
Para un cuarteto joven que acaba de empezar los premios u otros signos de reconocimiento son, por supuesto, muy bien recibidos y un refuerzo de la confianza. Son especialmente útiles porque suponen una especie de credencial: permiten a un organizador de conciertos dar másvalor al nombre del cuarteto, para así invitarlos a actuar por elpeso adicional que supone la reputación del grupo. Por ello, en cierto sentido, son necesarios como un paso práctico hacia adelante en una carrera artística.
Siempre han estado muy relacionados con el ámbito académico, en 1999 se convirtieron en el primer cuarteto residente en la Universidad de Princeton, y también fueron cuarteto residente en la Universidad de Nueva York desde 1995. En la actualidad, son el cuarteto residente en la Yale School of Music. ¿Qué les ha llevado a tener tan estrecha relación con el mundo de la universidad?
Hay dos respuestas para esta pregunta. Hemos enseñado y preparado a jóvenes músicos prácticamente desde que comenzamos en la década de 1990, ya sea como profesores en un festival de verano, como artistas residentes en universidades durante el año, o bien en visitas ocasionales en una gira. Todos estamos fascinados por el proceso de enseñanza. Es un gran desafío traducir nuestros instintos a un lenguaje que el alumno considere útil. Es gratificante más tarde observar el progreso fruto de dichos esfuerzos. Finalmente, resulta extrañamente útil cristalizar nuestras ideas sobre la música de cuarteto, en voz alta: en palabras, las ideas se vuelven más coherentes, más organizadas que en nuestras propias mentes.
Desde luego, la otra respuesta a esta pregunta es de una naturaleza más práctica: al menos en los Estados Unidos, una persona que trabaja por cuenta propia (comoun miembro de un cuarteto) necesita beneficios comoun plan de pensiones y un seguro de salud, que una buena plaza de residente en una universidad puede proporcionar. No sería exagerado decir que cualquier grupo de cámara en los Estados Unidos necesita una residencia si desea continuar a largo plazo.
Aunque residen habitualmente en Estados Unidos, su actividad en Europa es muy habitual. ¿Observan diferencias entre el mundo musical en su país y el viejo continente?
Es difícil decirlo conexactitud, sin embargo, ¡sí hay una diferencia! Es tentador decir que la cultura de la música clásica en Europa es más profunda, su patrimonio más rico; pero, en los Estados Unidos también nos encontramos con muchas comunidades donde el amor por esta música es igual de profundo,y donde la comprensión es igual de sofisticada. De hecho, algunas de estas comunidades son descendientes de una o dos generaciones de inmigrantes europeos, por lo que se podría decir que son «primos» de comunidades similares que encontramos en Europa. Lo que resulta mágico para nosotros cuando actuamos en Europa es que tenemos la sensación de devolver esta música a su hogar, y es extraordinario sentirse bienvenido por las audiencias europeas, que, en lugar de centrarse en que somos extranjeros, lo que hacen es regocijarse en nuestro amor compartidopor la grandeza y belleza de esta música. Por ello, la sensación, la experiencia para nosotros, es diferente de esa manera.
Hemos tenido la oportunidad de disfrutarles en España en el Auditorio Nacional de Música, Sociedad Filarmónica de Valencia, L’Auditori o en el Salón de Columnas del Palacio Real, ¿qué sensación se llevan del público español?
Las audiencias con las que nos hemos encontrado en España han sido inusualmente cálidas y apreciativas, y a menudo sentimos que son atraídos a la sala de conciertos por la mejor razón posible, es decir, para disfrutar y absorber esta gran música. Esto hace que nuestro trabajo como intérpretes sea muy fácil, por saber que todos estamos allí por la misma razón. Llevamos muchos años viniendo a España y hay algunas ciudades en las que hemos tenido la suerte de estar más de una vez y esto es lo que más nos gusta, porque empezamos a conocer gente en esos lugares y nos convertimos en amigos.
¿Podremos verles próximamente en los escenarios españoles y europeos?
Nosotros hacemos al menos un viaje a Europa cada temporada y, a veces, dos o tres viajes. Estaremos en enero en Holanda (Ámsterdam y Nijmegen), Alemania (Colonia y Tréveris), Italia (Florencia y Siena) y España (Madrid y Murcia).
Entre los acompañantes del Cuarteto han estado la mezzosoprano Joyce DiDonato, el pianista de jazz Vijay Iyer, el director de orquesta y pianista Ignat Solzhenitsyn y el pianista Jonathan Biss. ¿Prevén hacer próximamente una nueva colaboración? ¿Quizá con algún artista español?
Cada temporada proporciona nuevas oportunidades para colaborar con artistas invitados a quienes admiramos y con quienes disfrutamos especialmente trabajando. Además de lo mencionado anteriormente, hemos tenido el honor de trabajar con la soprano Jessye Norman, los pianistas MitsukoUchida y Richard Goode, los violistas Samuel Rhodes y Michael Tree, los clarinetistas Anthony McGill y Charles Neidich y los violonchelistas Alisa Weilerstein, Gary Hoffman y ColinCarr.
Recientemente hemos grabado el Quinteto para violonchelo de Schubert con nuestro violonchelista original Michael Kannen, que se unió al grupo como artista invitado, lo cual resultó una experiencia muy especial para nosotros.
En un futuro cercano esperamos continuar nuestro trabajo con Joyce DiDonato y Jonathan Biss. También hemos disfrutado mucho colaborando con la soprano DawnUpshaw, con quien actuamos el año pasado y este año. A menudo formamos un quinteto de viola con la esposa de Misha, la violista taiwanesa-estadounidense Hsin-YunHuang, ofreciendo quintetos de Mozart, Mendelssohn y Brahms para esta temporada y la siguiente.
Tenemos una lista de músicos europeos (incluidos españoles) que admiramos mucho. Los desafíos logísticos de una colaboración bicontinental son desalentadores, pero a veces se puede encontrar un camino; por ejemplo, varias temporadas atrás tuvimos una grata colaboración con el pianista español Javier Perianes con un programa de Mozart, ¡así que nunca digas nunca!
Uno de los proyectos en los que más los reconoce el público es en su intervención en la película El último concierto, dirigida por Yaron Zilberman, y que fue estrenada en el Festival Internacional de Cine de Toronto en 2012. En las páginas de Melómano lo comentamos, ¿cómo recuerdan esta experiencia? ¿Les dio visibilidad a nivel internacional?
Esta película fue una oportunidad muy inusual para nosotros. Nina, nuestra violonchelista, fue la que más se involucró en la realización de la película, porque al final tenía un breve papel de acompañante. Tuvo una experiencia memorable: estaba embarazada en ese momento, y necesitaba estar disponible toda la noche para filmar, lo que es frecuente en el mundo del cine. Esto fue para una escena que solo duró unos minutos, pero que requirió horas de preparación, tomas, revisiones, etc.
Por lo demás, nuestra participación principal consistió en proporcionar nuestra grabación del Cuarteto núm. 14 en Do sostenido menor opus 131 de Beethoven, que habíamos grabado el año anterior. Tuvimos la oportunidad de dar un concierto privado de la pieza para los principales actores de la película, que incluyó a Philip Seymour Hoffman, Christopher Walken y Catherine Keener, que fueron encantadores.
Nos sorprendió la expectación que causó la película y el gran interés que se mostróhacia nuestro cuarteto desde entonces. Aunque la película no era Titanic, sino una película de cine independiente sobre un tema inusual y oscuro (la vida de un cuarteto de cuerdas), tuvo gran repercusión. ¡Hastala película «más pequeña» tiene un alcance enorme en comparación con el alcance habitual del mundo de la música clásica!
Hablando ahora del mundo discográfico, tienen numerosos discos publicados. ¿Se sienten cómodos realizando grabaciones? ¿Tienen previsto lanzar algún nuevo disco próximamente?
Seamos honestos: la grabación no es fácil para nosotros. En un concierto, el público es una parte vital de nuestra experiencia.Hasta cierto punto, el oyente nos saca de nosotros mismos, nos permite escucharnos desde su perspectiva, simplemente porque está allí. Esto proporciona un grado de frescura y espontaneidad que no están presente en un ensayo, donde solo estamos los cuatro.
Una sesión de grabación es todo lo contrario: nuestra audiencia es un conjunto de micrófonos que captan con precisión el detalle exacto de lo que tocamos, lo que crea una atmósfera en la que podemos sentirnos de alguna manera rígidos, ejecutando una versión que no pretendíamos. El desafío al grabar es escapar de este estado mental, aceptar la idea de que de todas las versiones que enviamos a esos micrófonos solo se conservará la mejor, y esto debería liberarnos. Lo difícil es llegar a ese lugar con la imaginación.
Dicho esto, estamos felices de tener las grabaciones, incluso si es difícil hacerlas. Esta primavera lanzaremos nuestro nuevo disco, que incluirá los cuartetos K. 428 y 465 de Mozart.
Todas las críticas que hemos podido consultar son realmente asombrosas, parece que tanto el público como los grandes medios especializados coinciden en alabar su buen hacer, ¿qué repercusión tiene para el Cuarteto este feedback tan positivo?
Para cualquier artista, incluso el que tiene una perfecta confianza en sí mismo, es gratificante recibir una buena crítica. Vivimos dentro de nuestro mundo creativo, y nos esforzamos por hacer nuestro mejor trabajo y permanecer fieles a los ideales que hemos establecido para nosotros mismos. Sin embargo, nunca podemos saber con certeza cómo se recibe nuestro mensaje en elmundo exterior. Aunque es muy amable de tu parte sugerir que parece que solo obtenemos buenas críticas, por supuesto que hemos recibido algunas malas. ¡Tratamos de beneficiarnos de las que tienen sentido para nosotros, y de olvidar las que no lo tienen! Pero una buena crítica es útil, y de vez en cuando conseguimos lo más gratificante, una buena evaluación donde la crítica no solo disfrutó el concierto sino que pareció entender muy claramente cuáles eran nuestras expresiones y personajes, y qué hay en cada uno. Ese tipo de crítica es particularmente estimulante, porque nos reafirma en que tenemos una buena idea y también en que hemos descubierto cómo comunicarla bien.
¿En qué escenario que todavía no hayan pisado les gustaría presentase próximamente?
Nos sentimos muy afortunados de haber estado en algunas salas y lugares increíbles. Hemos actuado en los cinco continentes y en diferentes escenarios. Algunas de las más prestigiosas salas de conciertos incluyen el Carnegie Hall en Nueva York, Wigmore Recital Hall en Londres, Concertgebouw en Ámsterdam, Konzerthaus en Viena y Suntory Hall en Tokyo. Algunos de los escenarios más deslumbrantes incluyen el Palacio Real en Madrid y el Schloss Albrechtsberg en Dresde, o (desde el exterior) la Ópera de Sídney. También hemos actuado en la Cervecería Tecate —¡en medio de los tanques!— en Tijuana y en una feria estatal en Adelaide (Australia), al lado de algunas vacas y otros animales. Nuestro concierto al aire libre más memorable fue una actuación con Jessye Norman en el antiguo anfiteatro de Epidauro (Grecia), un espacio acústicamente perfecto que tiene miles de años y 14.000 localidades. Así que con estas experiencias a nuestras espaldas nos sentiríamos codiciosos aspirando a más, pero un tipo de experiencia especial sería ir a la casa de un compositor, o ciudad natal, y tocar la música de ese compositor, como hemos hecho con Beethoven en Bonn o con Mozart en Salzburgo… pero también nos hace temblar un poco.
¿Cuáles son los planes de futuro del Cuarteto Brentano?
Principalmente, esperamos seguir haciendo lo que ya hacemos, la música que amamos, interpretándola para la gente que también la ama, y sintiéndonos afortunados de que al hacerlo podamos pagar el alquiler y mantener a nuestras familias.
La ejecución del canon estándar de música de cuarteto sería suficiente en sí misma, pero siempre estamos interesados en desarrollar proyectos que nos parezcan creativos o significativos. Este año, estamos haciendo una serie de «Lamentaciones», música extraída de cuatro siglos (desde Gesualdo a Carter) que se basa en el rasgo humano universal de la expresión del dolor. Estamos a punto de hacer un proyecto centrado en el poeta estadounidense Wallace Stevens, también un Beethoven tardío, y un nuevo trabajo del poeta estadounidense Martin Bresnick.
Entrelos proyectos para los próximos años tenemos pendienteel estreno de un nuevo cuarteto del joven compositor Matthew Aucoin, un nuevo quinteto de viola del compositor escocés James MacMillan, y un proyecto de concierto completo con DawnUpshaw que se centrará en El lamento de Dido de Purcell, con nueva música.
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