Hinves, distribuidor en exclusiva en España de Steinway & Sons, nos recuerda que el piano es un instrumento delicado que requiere cuidados y mantenimiento periódico para conservarlo en estado óptimo tanto interna como externamente
Por lo general, las primeras semanas después de comprar un piano solemos ser más exigentes con su limpieza y cuidado, pero puede que nos relajemos con el tiempo. Este es un error que deberíamos intentar evitar, y sobre todo en partes del piano como pueden ser el teclado y el atril, que están más expuestas al contacto y acumulación de suciedad en general, virus y bacterias. Por supuesto, lo primero que debemos es tener en cuenta las recomendaciones básicas que hay que seguir en materia sanitaria indicadas por el Ministerio de Sanidad y por la OMS.
La situación que vivimos actualmente, con la pandemia generada por la COVID-19 presente en nuestras vidas, hace que debamos ser más exigentes con la limpieza y desinfección que antes, y el piano no es una excepción, especialmente si lo utiliza más de una persona.
¿Cómo desinfectar mi piano sin dañar los materiales?
Muchos se preguntan en estos días cómo pueden desinfectar el piano sin dañar los materiales. Por ese motivo, Hinves, distribuidor en exclusiva en España de Steinway & Sons, ha decidido recopilar una serie de consejos básicos y recomendaciones por si a nuestros lectores les pudieran servir.
En primer lugar, debemos tener en cuenta que el piano es un instrumento formado por materiales de diversa naturaleza: madera, acrílico, metal, fieltro, etc. No todos los materiales se pueden limpiar con los mismos productos, puesto que algunos son más delicados que otros.
En segundo lugar, nunca se deben utilizar productos abrasivos. Las sustancias como el cloro, la lejía, el amoniaco o los cítricos, pueden dañar la madera, el poliéster y otras partes del instrumento.
Lo más adecuado en términos generales para el teclado es emplear desinfectantes con base de alcohol. Se evaporan rápido y tienen la capacidad de desactivar la carga vírica que se pueda haber depositado en la superficie.
Se puede emplear una toallita de papel desechable o algodón ya que es lo más higiénico pues luego la desechamos (tomando todas las precauciones y recomendaciones sanitarias al respecto). Humedecemos la toallita de papel con el alcohol y comprobamos que no gotea. No verter directamente el producto sobre la superficie, siempre con el algodón o en la toallita y probando primero en una pequeña parte para cerciorarnos de que no daña la superficie. Si pasados unos minutos no hay ningún efecto negativo en la superficie, se puede continuar. Hay que cerciorarse de que no queda ninguna superficie húmeda. El algodón o toallita hay que tirarla a la basura como recomiendan las autoridades sanitarias, y lavarnos las manos, tal y como nos indican la OMS y el Ministerio de Sanidad.
El exterior del piano si es un acabado poliéster de alto brillo se puede limpiar con una bayeta de microfibra humedecida levemente con agua y un poco de alcohol diluido, pero realmente no se recomienda utilizar ningún producto que no sea específico para pianos. Si desea más información sobre esto, puede ponerse en contacto con Hinves.
En superficies pequeñas como el atril se puede usar el mismo desinfectante con base de alcohol que hemos utilizado para las teclas pero usándolo siempre en una pequeña parte de la superficie para asegurar que no daña ni afecta al mueble e incluso se puede diluir una pequeña parte en agua. Si pasados unos minutos todo está bien, se puede continuar.
No se debe utilizar vapor para limpiar las teclas ni parte alguna parte del piano, puesto que el agua puede penetrar en el interior causando un desastre en nuestro piano, abombando la madera y oxidando el mecanismo y otros componentes metálicos, fieltros, cueros, etc.
Por otro lado, cualquier otro tipo de limpiador o de máquina milagrosa ‘contra el virus’ se debería previamente de consultar con expertos en la materia pues podría tener un efecto dañino contra el piano.
Realmente, donde debería de ser más importante incidir es en la parte que está en contacto con nuestras manos y posibles gotículas: sobre todo el teclado, la tapa del teclado, el atril y la banqueta pues es en estos lugares donde pueden acumularse más bacterias o virus.
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