Una placa conmemorativa ha sido colocada en la fachada de su vivienda en Madrid..
Claudio Prieto, reconocido compositor español y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), fallecido en abril de este mismo año, ha sido homenajeado el pasado 24 de noviembre, al ser colocada una placa conmemorativa en su memoria en la fachada del edificio donde vivió en Madrid (C/García Paredes, 86).
Prieto, quien fuera socio de la SGAE desde 1964, ha dejado un legado musical de aproximadamente doscientas obras registradas, donde se pueden encontrar desde piezas para solistas, tríos, cuartetos, hasta composiciones para orquesta y coro. Además de su intensa obra musical, el palentino integró en diferentes períodos la junta de esta importante institución, entre 1987 y 2007. Asimismo figura como miembro fundador de la Asociación de Compositores Sinfónicos Españoles (ACSE) y llegó a formar parte en los años 90 del Consejo de la Música del Ministerio de Cultura.
En vida fue elogiado con grandes reconocimientos como son el Premio Castilla y León de las Artes, Premio al Mejor Autor de Música Clásica otorgado por la Academia de las Artes y de la Música; el Premio Juventudes Musicales a la mejor obra de música española, por Sólo a sólo, (1969) siendo este uno de sus primeros galardones como compositor. Además, con motivo de su 80 cumpleaños, la Fundación Botín de Santander celebró un concierto en su honor. Sus obras han sido interpretadas por grandes agrupaciones sinfónicas como la orquesta de RTVE, la Sinfónica de Chicago, Sinfónica de Londres y Sinfónica de la RAI, por nombrar solo algunas.
Claudio Prieto se inicia desde joven en la banda municipal de Guardo (Palencia); al tiempo se traslada a El Escorial, donde se convertirá en discípulo del padre Samuel Rubio. Años más tarde, le es otorgada una beca en Roma donde consolida su formación como compositor. Él dividía en tres etapas su trayectoria compositiva: la primera de “exploración y libertad”, la segunda “constructivista y formalista” y una tercera denominada “música de sentimientos”, pues en ella buscaba la comunicación con el público. Entre sus obras recordamos Catedral de Toledo, Concierto de otoño, Fandango y Ensoñaciones.