A la mayoría de los lectores les sonará, tal vez, fuera de lugar que hablemos de los Latin Grammy en una revista dedicada al mundo de la música académica. Sin embargo, algo que mucha gente desconoce es que estos premios cuentan con, no una, sino dos menciones dedicadas a la música ‘clásica’, y que, en esta ocasión, ha sido una compositora hispano-argentina la que se ha alzado con ambos galardones: el de Mejor composición de música clásica-contemporánea con Luces y Sombras: concierto para guitarra y orquesta de cuerdas, y el de Mejor álbum de música clásica con Mágica y misteriosa.
Por Fabiana Sans Arcílagos & Lucía Martín-Maestro Verbo
Curiosamente, con estas estatuillas suma nada menos que cuatro Grammys, ya que ganó otros dos en las ediciones de 2014 con su Concierto para violín y orquesta de cuerdas, que fue escrito por encargo para festival en Serbia, y de 2016, con su Cuarteto para Buenos Aires, homenaje a Ravel.
De esta manera, Montero se posiciona como la única persona hasta la fecha en haber ganado las dos categorías de música clásica gracias a su último trabajo, Mágica y Misteriosa, que es en sí mismo un disco y un corpus creativo. El álbum, aglutina la obra de título homónimo y el concierto Luces y Sombras. La primera de estas composiciones se vincula a su primer disco, pues explora todos los instrumentos de cuerda, desde la familia de las frotadas hasta la guitarra, el arpa y el piano. Se trata de un encargo del Instituto Valenciano de Cultura que se estrenó en el Palau de la Música en 2017. La segunda obra es un concierto para orquesta y guitarra en tres movimientos, que fue concebida como un homenaje al compositor valenciano Manuel Palau, Premio Nacional de Música en 1928; fue estrenada en Italia en 2016. La confección del disco le llevó a la compositora dos años de trabajo más un año y medio de posproducción.
Y es que Claudia Montero es una compositora escrupulosa y detallista hasta el extremo. No da por finalizado ningún proyecto hasta asegurarse de que plasma exactamente todo lo que ella quiere transmitir. Para ella, la clave del trabajo está en la perseverancia y la constancia y el trabajo duro; a la hora de acometer una nueva obra, puede disponer de meses si es necesario al estudio del instrumento para el que vaya a dedicar la pieza, y lo cierto es que esta minuciosidad le ha llevado a convertirse en una excelente comunicadora. Y es que para la autora, lo primordial en un compositor es que tenga un mensaje que transmitir, una idea que ofrecer, muy por encima de la formación académica.
Claudia define su propia música como un reflejo de sí misma; es cercana y emocional, factores que facilitan la escucha incluso a personas no iniciadas en este complejo mundo de la música contemporánea. Quiere demostrar al mundo que ella es una mujer del siglo XXI, alejarse de los estereotipos que acompañan a la figura del compositor tradicional y hace de su música un producto de consumo, al igual que lo hacen los músicos de otros géneros. Montero produce su propios trabajos discográficos, que suman un total de seis: Evocaciones, con composiciones para arpa a cargo de Floraleda Sacci; Sonidos de mujer: obras para guitarra, a cargo de José Luis del Puerto; Luminosa, que incluye su concierto para piano Blanco y negro a cargo de Allison Brewster; y el Homenaje a Tárrega, por Piero Bonaguri; y,por supuesto, sus premiados Ausencias, Irremediablemente Buenos Aires y Mágica y Misteriosa. Claudia incluso se atreve con los videoclips, algo que cada vez es más habitual en los intérpretes de toda clase, pero que sin embargo sigue siendo poco común en los compositores.
A pesar de haber ganado su primer Grammy en 2014, Montero empieza a sentir un gran reconocimiento musical a partir de su segundo triunfo en 2016. Tiene el honor de haber estrenado las casi cuarenta obras que conforman su catálogo, algo que no todos los compositores pueden decir. En los últimos años, su música ha pasado del anonimato a ser programada una media de sesenta veces al año. Tan solo durante el año 2017, la obra de Montero fue interpretada en casi una veintena de países en Europa, América y Asia. Cabe destacar, asimismo, el éxito que cosechó con el estreno de su antes citado concierto para piano Blanco y negro en el International Arts Festival en Irlanda con la RTE Concert Orchestra dirigida por David Brophy.
Y es que sus composiciones han pasado a formar parte del repertorio habitual de agrupaciones de primera fila, como la Paris Sinfonietta, la Filarmónica de Turín, la Sinfónica de la Universidad de Taipei, la Sinfonieorchester Kusel, la Orquesta de Cámara de Buenos Aires, Orquesta de Cámara de Jeréz, la Orquesta Pau Casals, la Baltic Neopolis Orchestra o la Orquesta Nacional de Tango en Buenos Aires, entre otras. Además, su obra ha sido presentada en festivales internacionales como el Festival de Música de La Habana, el Festival de Ronda, Festival de Música de Cámara de Langernagen, el Donau Festival, Gitarrenland Festival, el Festival de Música de Cámara de Montserrat o el Festival de Guitarra de Gandía. Además, Claudia ha trabajado codo con codo con algunas de las agrupaciones de cámara más prestigiosas del mundo, como son el American String Quartet, el Almus Quartet, el Trío Brouwer, Il Concerto Accademico, así como con solistas como Isabel Siewers o Wolfgang Weigel. Sin embargo, la gran preocupación de la autora es, más que el número de veces que se la programe, el hecho de llegar al público, emocionarlo y hacerles partícipes de su creación: su verdadero objetivo es conectar con la audiencia.
Su lenguaje, más cercano al neoclasicismo, casi tonal, con evidente reminiscencias porteñas, rehúye de las corrientes más vanguardistas que se imponen en la música contemporánea, con las que no se siente identificada. Es una compositora que lleva la honestidad y la sinceridad por bandera: todo lo que ella escribe es un reflejo de sí misma. Jamás acepta un encargo si cree que no va a encajar con su esencia. Por ejemplo, ahora mismo está trabajando en una obra que le encargó la Royal Liverpool Philarmonic que será estrenada el próximo mes de marzo, y en otra titulada Ave Fénix para la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires que sonará en el Teatro Colón el próximo verano. Además, forma parte de su agenda del 2019 la grabación de su próximo disco, en el que incluirá los conciertos para guitarra y arpa como cierre del corpus de Mágica y misteriosa.
Claudia Montero se inició en la música, como viene siendo habitual, durante su infancia, aunque en su caso el interés por tocar un instrumento surgió de ella misma. De hecho, sus primeras composiciones se remontan a este entonces, cuando no tenía más de 12 o 13 años, siendo su hermana melliza la primera intérprete en poner sonido a su música. Posteriormente, ingresaría en el Conservatorio Alberto Ginastera de Buenos Aires, donde estudiaría Piano, Pedagogía y Composición, aunque posteriormente se trasladaría a España a causa de la crisis económica de su país natal. Ya aquí, se instalaría en Valencia, ciudad que la enamoró desde el primer momento, y donde estudiaría un Máster en Estética y Creatividad Musical. A día de hoy, es profesora de composición en el Conservatorio Superior de Castellón, así como miembro de la International Alliance of Women in Music, de la Latin Recording Academy y de la Recording Academy of the USA.
[…] en los Latin Grammy». En: Melómano: La revista de música clásica. Disponible online en: https://www.melomanodigital.com/claudia-montero-la-estrella-indiscutible-en-los-latin-grammy/ [Fecha de consulta: […]