Tras la gran acogida de sus discos anteriores (György Ligeti – Études pour Piano, Masques, Piano – 20th Century y Rameu – Ligeti), la pianista luxemburguesa Cathy Krier regresa al mercado discográfico con Piano Poems. Desde que fuera ‘Echo Rising Star’ en la temporada 2015-16, Krier se ha convertido en una de las intérpretes más destacadas del circuito internacional con sus originales y visionarios programas (con obras que van desde el Barroco hasta nuestros días), actuando en prestigiosas salas de concierto como la Philharmonie de Luxemburgo, el Barbican Centre de Londres, la Musikverein de Viena, el Laeiszhalle de Hamburgo o el Concertgebouw de Ámsterdam, entre otros.
Por Antonio Romero
El próximo 6 de septiembre sale al mercado tu nuevo disco, Piano Poems, en el sello alemán GENUIN Classics. ¿Qué idea quieres transmitir con este álbum?
La música y la literatura siempre han estado estrechamente ligadas. Durante años, los compositores se han sentido inspirados por la poesía y la literatura. En ese sentido, hay una famosa cita de Heinrich Heine: ‘Cuando las palabras se detienen, empieza la música’. El programa de este disco explora precisamente la relación entre los compositores y la palabra hablada, y la forma en la que la han usado.
Piano Poems incluye Gaspard de la Nuit de Ravel, transcripciones de canciones de Schubert realizadas por Liszt y Seis piezas para piano opus 102 de Prokófiev inspiradas en su ballet Cinderella. ¿Por qué elegiste estos compositores y cómo es la relación entre música y literatura en estas obras?
Estaba muy interesada en las diferentes formas en las que estos compositores habían usado la literatura como punto de partida para su proceso compositivo.En Gaspard de la Nuit, Ravel ofrece una colorida síntesis de los personajes de Aloysius Bertrand, empleando un amplio arsenal de técnicas compositivas y pianísticas para plasmar el lenguaje de Bertrand y describir a los diferentes protagonistas. En Ondine (La sirena), Ravel usa su técnica del arpeggio, y es capaz de hacer que el sonido se ‘haga líquido’. El agua se convierte en la superficie en la que Ravel hace resonar la seductora canción de la sirena. En Le Gibet (La horca), Ravel lleva al oyente a una situación opresiva y amenazante con su ostinato bell. Y en Scarbo, el astuto duende lleva al pianista al límite de lo que puede tocar, con su enorme exigencia.
Por su parte, Prokófiev presenta un enfoque completamente diferente en cuanto al uso de la historia, ya que transcribe literalmente las diferentes etapas de Cinderella, el cuento de hadas de Perrault, y estamos ante música programática.
Liszt, en cambio, usa repertorio existente y lo arregla para piano solo, lo que era muy común en la época. Por tanto, no es el creador de una idea artística, sino el médium para la difusión de esta música maravillosa. En el arreglo de estas canciones de Schubert para piano solo, el pianista se convierte en el narrador, y asume tanto el rol del cantante como el del acompañante. Liszt embellece muchos de sus arreglos con ornamentos y acrobáticas y brillantes cadencias para mostrarse él mismo como pianista.
En Piano Poems presentas la primera grabación mundial de dos obras compuestas por destacadas compositoras contemporáneas. Háblanos de Ithaca opus 104, la obrade la compositora griega Konstantia Gourzi. ¿Cómo describirías su lenguaje compositivo?
Ithaca fue realizada por encargo de la Philharmonie de Luxemburgo. En ella, la compositora nos muestra otra forma de acercarse a la poesía. Su inspiración procede del poema homónimo del poeta griego Konstantinos Kaváfis, en el que describe el viaje a Ítaca como una serie de diferentes experiencias personales. En cuanto a su lenguaje compositivo, lo que más me gusta, en general, de la música de Konstantia son los diferentes niveles de escucha y comprensión de la música que plantea. A menudo, la música contemporánea parece difícil de entender y de disfrutar porque se la considera difícil e incluso dura, estéticamente hablando. En cambio, la música de Konstantia es, ante todo, ‘placentera’ y ¡lo digo como un elogio! Ella no necesita sorprender o dejar atónita a la gente. El oyente puede emprender el viaje disfrutando de música bonita. Y luego, si quiere, puede profundizar para entender el concepto de la composición. Para ella es muy importante buscar sonidos, y juega mucho con la acústica del sitio y la resonancia del instrumento para que la música parezca realmente viva.
¿Qué peculiaridades presenta Murmuration de Catherine Kontz, la otra primera grabación mundial?
Catherine y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero nos reunimos por primera vez en 2014 cuando escribió para mí Like a moth to the light, y desde entonces colaboramos asiduamente y somos amigas. Murmuration fue compuesta para Le Salon de Helen Buchholtz como parte de Esch 2022, y en ella, Catherine explora el poder transformativo de la percepción poética. El término inglés murmuration se refiere al fenómeno de las bandadas de pájaros que crean formaciones poéticas e infinitas en el cielo antes de emigrar al sur. Muchos poetas han descrito este sorprendente fenómeno y Catherine lo traslada la música, plasmando esas impredecibles formaciones celestiales en sonido.
Tu amplio repertorio incluye obras de Ligeti, Schoenberg, Berg, Szymanowski, etcétera. ¿De dónde viene tu fascinación por la música contemporánea?
Siempre me he sentido atraída por la música del siglo XX e, incluso, siendo niña, mi obra de piano favorita era Outdoors de Bartók. Crecí en una familia musical y siempre estuve rodeada de música contemporánea porque mis padres tenían muchos amigos que eran compositores. Crecí sin la barrera de la incomprensión de la música contemporánea y eso hizo que tuviera curiosidad. Disfruto mucho descubriendo nuevos sonidos y nuevas formas de pensar y componer, es mucho más difícil que tocar una sonata de Beethoven. Obviamente, toco música contemporánea con el mismo compromiso y honestidad con los que abordo el repertorio clásico. Cuando la música está bien escrita, todo lo que necesitas saber está escrito en la partitura.
Wolfgang Rihm compuso incluso una obra para ti.
Así es. Cuando la Philharmonie de Luxemburgo me dijo en 2015 que iba a encargar una obra a Wolfgang Rihm para mí, estaba emocionada y aterrada al mismo tiempo, porque siendo una joven pianista, sabes que es una oportunidad fantástica y no puedes arruinarla. Nunca lo conocí en persona, pero nos escribimos cartas. Su música estaba fantásticamente escrita para piano.
Has hecho también proyectos especiales como Yoga at the Phil o Hear Eyes Move Dances with Ligeti. ¿Te gusta colaborar con artistas de otros ámbitos artísticos?
Siempre me han atraído las artes en general. Me encanta ir a museos, leer, etc. y para mí fue totalmente natural buscar nuevas formas de expresión. Trabajar con otros artistas es siempre emocionante porque experimentas nuevas visiones, formas de trabajo… El reto en esos proyectos está en la comunicación. He aprendido mucho con todas esas colaboraciones, y siento la necesidad de que tengo que ir más allá de las convenciones y desafiarme a mí misma como persona y artista.
En 2022 fundaste el Catch Music Festival en tu país natal. ¿Cómo surgió la idea de crear este festival?
Catch Music nació del deseo de compartir mi pasión por la música, y volver a los principios básicos de la música de cámara, en la tradición de los conciertos de salón. Luxemburgo puede presumir de un gran número de artistas de la más alta categoría, y este festival es un incentivo para reunirlos, invitando a jóvenes talentos emergentes a tocar con músicos consagrados. Además, la proximidad entre el público y los artistas es también muy importante para nosotros, por lo que organizamos encuentros y debates entre los conciertos con el fin de atraer a un público lo más diverso posible… Organizamos también conciertos escolaresy conciertos en un social café para gente con necesidades porque estamos convencidos de que la música es para todos.
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