Con su último lanzamiento discográfico ‘Música grotesca’, Capella de Ministrers, dirigida por Carles Magraner, se adentra en el universo de Leonardo da Vinci
Capella de Ministrers ha publicado el disco ‘Música grotesca’. Se trata de un trabajo en el que la formación dirigida por Carles Magraner se adentra en el universo de Leonardo da Vinci. Se trata del 66.º disco del grupo, que cumple 35 años de trayectoria artística en este año como referente nacional e internacional de la música histórica.
El repertorio
El disco presenta un repertorio basado en las sugerencias del musicólogo Pepe Rey, autor de las notas del libreto, junto con un texto de Mariano Moret. De hecho, su colección de aguafuertes sobre las cabezas grotescas del artista italiano y su exposición fueron el detonante para emprender este proyecto discográfico, distribuido en 28 países.
El álbum incluye dieciocho obras de diversos autores. Son Juan del Encina, Alonso d’Alba, Mateo Flecha el Viejo, Michael Praetorius, Giovanni da Nola, Adrian Willaert, Orlando di Lasso, Lorenzo de Medici y Adriano Banchieri. El repertorio de ‘Música grotesca’ queda completado con piezas anónimas, de los siglos XIII al XVI.
En este disco, el violagambista Carles Magraner ha contado con la soprano Delia Agúndez, el alto Hugo Bolívar, el tenor Jorge Morata y el barítono Antonio Sabuco. Los acompañan Robert Cases a la guitarra renacentista y Miguel Ángel Orero a las percusiones. Asimismo, cuenta con la colaboración de Giorgio Celenza y del coreógrafo y bailarín Toni Aparisi.
Sobre Da Vinci y lo grotesco
En ‘Música grotesca’, Magraner se pregunta: ‘¿Hay música en ese mundo? La música, que es, por definición, armonía, ha encontrado históricamente un papel en el mundo de lo grotesco gracias a su eterna simbiosis con la palabra y con el cuerpo’. El musicólogo considera que ‘la cuestión a debatir no es si existe o no música grotesca, sino qué significado damos a ese sintagma’.
Por otro lado, Mariano Moret indica en su texto que Da Vinci ‘fue un genio inabarcable y un creador excesivo’ y que ‘hizo de todo y en todo fue excelente y extraordinario’. Para Da Vinci ‘Todo es posible. Desenfreno y concupiscencia. Gula y lujuria. Pecados mortales. Todo excesos. Todo grotesco’, concluye Moret.
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