En septiembre de 2018 recibíamos a Cantoría en la sección Promesas Cumplidas de Melómano. Dos años después nuestra portada es para ellos porque el trabajo bien hecho, con rigor, tiene recompensa. A Inés Alonso (soprano), Samuel Tapia (contratenor), Jorge Losana (tenor y dirección) y Valentín Miralles (bajo) se les suma en esta nueva etapa de madurez Fran Braojos (tenor), siempre con un objetivo claro: conectar con el público y hacer música del más alto nivel.
Por Susana Castro
Entre la entrevista de Promesas Cumplidas y la que ahora comenzamos solo han transcurrido dos años pero, en este tiempo, Cantoría ha pasado de ser un grupo emergente a ser un grupo consolidado en la música antigua. ¿Cómo valoráis este viaje de casi cinco años?
Jorge: Estamos muy agradecidos de que todo esto haya ocurrido. En tan solo dos años hemos pasado de visitar festivales, tanto en España como en Europa, en la modalidad de grupo joven y a que en este año, si el coronavirus lo hubiera permitido, hubiéramos empezado a visitar esos mismos festivales, como Brujas, Amberes o Vézelay, dentro de la programación principal. Ha sido un proceso muy rápido, que a nosotros mismos nos sorprende, pero hemos trabajado muchísimo. Le dedicamos mucho tiempo y pasión, intentado ofrecer algo genuino y realmente cuidado.
Iniciáis esta nueva etapa con un nuevo miembro en el equipo, Fran Braojos, que sustituirá a Samuel Tapia, el contratenor con el que comenzasteis la aventura. ¿A qué se debe este cambio?
Valentín: Estamos buscando nuevos sonidos y queriendo abarcar nuevos repertorios, probando nuevas voces. No se trata de que Samu deje el grupo y entre Fran, sino que es un cambio de la voz de contratenor o tenor agudo, queremos probar. Samu quiere dedicarse a la ópera, y seguro que lo va a conseguir porque tiene una voz espectacular, así que decidimos empezar a probar con nuevas personas y Fran fue uno de los primeros candidatos; nos encantó. Vamos a seguir haciendo algunos proyectos con Samu y otros con Fran.
Samuel: Me encanta la ópera, pero sobre todo quiero poder desarrollar mi carrera como solista, es mi mayor ambición. Necesito tener más tiempo para audicionar y poder abordar otro tipo de proyectos, aunque seguiré también con Cantoría.
Jorge: Estamos abriendo un periodo para audicionar a otros cantantes y escuchar nuevas voces para incorporarlas en algunos de nuestros proyectos, sobre todo los que tienen más voces.
Fran, ¿qué es lo que más interés te suscitaba de Cantoría antes de pertenecer al grupo?
Los conocía por vídeo, pero no tenía contacto con ninguno. Jorge me llamó para hacer una pequeña audición y ofrecerme conciertos y al principio me resultó un poco raro, porque Samuel tiene voz de contratenor, pero yo soy tenor. Me explicaron que estaban buscando otros sonidos y que querían un tenor agudo. Para mí fue una sorpresa porque nunca había cantado en la tesitura de alto y al principio temía que no funcionase bien. Pero la verdad es que me quedé muy contento. Me costó mucho adaptarme porque ya tenían el repertorio muy bien montado y el sonido muy bien buscado, pero con ellos todo fue muy fácil. Trabajamos mucho para que el sonido en los conciertos, a pesar de que fuese diferente, funcionase. Me alegró mucho ver el resultado.
Samuel, ¿cómo fue para ti ver que tu grupo cantaba tu mismo repertorio con otro cantante?
La primera vez que los vi fue en Madrid, pero el concierto que más me impactó fue el que hicieron en L’Auditori de Barcelona, que salió muy bien. Fue una sensación extraña, es como si te estuvieses viendo a ti mismo desde fuera. Conoces todos los detalles, la comunicación que hay entre ellos, etc., y fue una situación muy especial.
Como decía Jorge, fueron muchos los festivales que confiaron en vosotros al principio, programando a Cantoría dentro de la modalidad de jóvenes, pero ahora muchos de ellos os están contactando para que vayáis de nuevo, pero dentro de la programación general, ¿cómo se vive esta confianza por parte de los programadores?
Inés: La verdad es que desde el principio siempre que hemos tenido un concierto, han salido varios de él, porque es muy común que a cierto tipo de conciertos vengan programadores. Así que yo lo he vivido como algo muy natural. Hay que pensar que tampoco hay muchos grupos que hagan este tipo de repertorio y que tengan esta plantilla tan reducida.
Jorge: Ahora Cantoría deja de ser un grupo joven, todos hemos terminado nuestras carreras. Habíamos entrado en el mundo profesional siendo estudiantes, pero ahora todos nos dedicamos a tiempo completo a esto. Estamos decidiendo dónde queremos estar cada uno individualmente en el futuro y dónde queremos que Cantoría esté (ahí entran nuevas perspectivas) y, a su vez, cómo compaginar todo esto. Este es el proceso que empieza ahora: luchar por dónde queremos que esté Cantoría dentro de cinco años.
¿Y dónde queréis que esté…?
Jorge: Queremos hacer polifonía del más alto nivel. Queremos encontrar los mejores repertorios de música vocal polifónica y profundizar tanto en ellos que podamos sacarles el máximo detalle.
Valentín: Desde que empezó Cantoría hemos estado trabajando mucho en cosas que a simple vista no se ven, como dice Jorge. Él tiene mucha experiencia en el mundo de la dirección y tiene mucho gusto y musicalidad, así que trabajar con él supone buscar cosas pequeñitas, que parece que no se notan, pero en conjunto son las que hacen que una pieza sea mucho más bonita o más vistosa. Efectivamente, queremos profundizar, no quedarnos en la superficie, nunca lo hemos hecho y no lo vamos a hacer ahora. Siempre vamos más allá, buscando el afecto de cada nota, por qué tiene sentido lo que está pasando y cómo lo interpretamos nosotros y se lo hacemos ver al público.
Jorge: El mercado musical que ahora nos encontramos requiere mucha inmediatez, proyectos y resultados muy rápidos, pero nosotros siempre hemos sido un grupo de cocinar a fuego lento, de dejar que las cosas maceren. Interiorizamos cada obra y repetimos muchas veces el mismo repertorio hasta que lo hacemos muy nuestro. Queremos continuar con esta idea de que la música sea parte de nosotros.
El trabajo interno de un grupo no se ve, aunque evidentemente encima de un escenario está presente y, en vuestro caso, visto desde fuera la sensación es que vuestro camino ha ido muy pasito a pasito, haciendo un trabajo de fondo, sin prisa pero sin pausa. ¿Estáis de acuerdo?
Samuel: Sí, para mí sí que ha sido un trabajo pasito a pasito, sobre todo por una cuestión técnica. Todos hemos ido poco a poco entendiéndonos como artistas, como voces, y se ha hecho un trabajo técnico muy fuerte.
Fran: En mi caso, ya había trabajado con otros grupos con anterioridad, y siempre por cuestiones de tiempo y dinero el trabajo no era muy profundo, no es que no fuese bueno. Pero, desde que empecé con ellos, me sorprendió el tiempo que se tomaban en estudiar una sola frase, no estaba acostumbrado a hacerlo, y a la hora de la verdad da resultados positivos.
Jorge: Fran tiene una experiencia tremenda, canta en casi todos los grupos relevantes de música antigua. Que él diga eso sobre nuestro trabajo es muy importante para nosotros. Él nos ha traído mucho experiencia y, sin quererlo, nos ha enseñado mucho. Tiene un savoir faire y una entereza que nos aportan mucha madurez y estabilidad profesional.
En septiembre de 2018 os preguntaba sobre cuáles eran vuestros elementos diferenciadores con respecto a otras agrupaciones. Hablabais de vuestro especial cuidado por el texto, trabajando su significado de forma muy especial, ¿seguís afirmando esto? ¿Cómo creéis que afecta esto en la reacción del público?
Inés: Desde el principio hemos experimentado mucho con el sonido y hemos apostado por una manera de cantar muy natural, casi hablada, dándole más importancia al texto, a la expresividad. Y eso el público lo nota porque entiende mucho mejor las historias que contamos y todo lo que rodea a la obra. En esta nueva etapa vamos a apostar por repertorio más ambicioso, acercándonos más a la polifonía sacra, y esto conllevará un trabajo distinto para el grupo.
Analizando vuestra trayectoria llama mucho la atención cómo empezáis con una gran actividad en la Región de Murcia y Cataluña, casi de forma exclusiva, y poco a poco os vais abriendo a Europa hasta llegar a visitar diez países diferentes en 2019, ¿cómo se lleva esto a nivel personal? ¿Cómo es vuestra convivencia?
Valentín: Siempre hemos estado trabajando mucho y desde el principio hemos puesto mucha carne en el asador para que esto salga adelante. El hecho de haber viajado tanto y haber experimentado tanto en países tan distintos, primero ha sido un placer y un privilegio, porque hemos podido dar a conocer esta música que fuera no se conoce tanto, pero también ha sido muy bueno en el terreno de la convivencia. Pasar tanto tiempos juntos es como tener una segunda familia, conoces las necesidades del otro. Siempre intentamos buscar el equilibrio entre las necesidades personales de cada uno y las profesionales.
Jorge: Nos hemos conformado como artistas y como personas apoyados los unos en los otros. Hemos experimentado un proceso de crecimiento muy intenso que nos ha enriquecido mucho. Tener la oportunidad de convivir, de trabajar y de descubrir esta música con artistas como ellos, con tanto talento (al principio en bruto y ahora ya expuesto), ha sido un privilegio, y también un reto.
Tanta convivencia y tanta complicidad se llevan también al escenario, por eso son tan importantes todas las residencias en las que participáis.
Inés: Cuando estamos en el escenario, muchas veces con solo mirarnos ya sabemos lo que quiere Jorge, por ejemplo. Nos pasa constantemente y se debe a que pasamos mucho tiempo juntos y nos conocemos muchísimo. Eso también se traduce en los conciertos.
Samuel: La experiencia de cantar con amigos es muy enriquecedora y se lleva a la expresión en el escenario, no solo vocalmente, sino también en cuanto a expresividad y a nivel técnico ayuda mucho. Respiramos juntos en la vida y en el escenario.
Creo que también os caracterizáis por vuestro enorme cuidado por la imagen, por los detalles, y por conectar con vuestro público a través de las redes. ¿Creéis que las redes sociales y la digitalización pueden cambiar el paradigma de la música clásica? Me refiero al estatismo de los conciertos, y a la poca interacción entre el público y los artistas.
Jorge: Sí que creo que hay que cambiar el paradigma de la música en directo y romper la barrera entre el artista y el público. De hecho, vamos a estar en Francia en septiembre investigando sobre nuevos proyectos y cómo conseguir mejorar la interacción con el público. También es algo que estamos viendo en nuestro festival, ECOS. Pero no creo que las redes sociales y lo digital sean el paradigma que necesita la música clásica. Son un medio para implicar a la gente y divulgar la cultura pero no sustituyéndola, sobre todo en esta época, en la que lo digital está tan en boga por el confinamiento. Creo que debemos valernos de esta experiencia y enriquecernos de las redes, pero sin olvidar que actividades menos espontáneas, como escuchar un concierto, ir al teatro o a un museo de forma presencial, no son sustituibles, deben combinarse.
Estoy segura de que habéis aprovechado este confinamiento para trabajar mucho pero, ¿qué proyectos se han visto aplazados por esta razón?
Inés: Se han visto aplazados nuestros conciertos en Aranjuez, en el FeMÀS de Sevilla, y en el FIAS de Madrid. A nivel internacional teníamos concierto en Brujas, Amberes, Leipzig, Ambronay y Vézelay, y otros más, pero los retomaremos el próximo año.
Samuel: El proyecto más singular de todos ellos era el de la Academia Barroca Europea de Ambronay (EEEMerging), porque íbamos a hacer música que para nosotros es muy exótica, del Barroco francés e italiano, y teníamos la posibilidad de cantarla como solistas, que viene bien para empezar a soltarnos. Se va a aplazar, así que seguiremos contando con esa oportunidad maravillosa para relacionarnos con músicos de otros grupos.
Valentín: Gracias a este proyecto se realizará una gira de un mes por Europa, yendo nosotros como líderes del proyecto y con una selección de músicos jóvenes de toda Europa.
La clave está en que se han aplazado, no cancelado…
Jorge: Sí, se han aplazado, pero hay una realidad en el mundo musical que tenemos que tener en cuenta: el trabajo que teníamos de marzo a agosto ya no lo vamos a recuperar. Nos pasa a nosotros y le pasa a todo nuestro sector. Son cinco meses de inactividad que se retoma el año que viene pero en ese tiempo hubiera habido otra actividad. Sabemos que las instituciones poco a poco están trabajando en ello, pero hay que pensar que es como la temporada turística de Semana Santa de 2020, tampoco se va a recuperar, no se aplaza a 2021. Es importante que sepamos que el sector musical y el sector de la cultura necesita que todos estemos ahí.
Todos los artistas estamos muy creativos, inventándonos formatos digitales, sacando tiempo para investigar, para hacer proyectos innovadores, pero hay una crisis. Si no apoyamos entre todos al tejido cultural que se había creado, muchos no van a aguantar.
Además, estos aplazamientos provocarán que tengáis varios programas rodando al mismo tiempo, lo que conlleva también cierto ‘desbarajuste’ en vuestros planes. ¿Cómo creéis que podréis organizar esto?
Jorge: 2021 será el de la celebración de nuestro quinto aniversario y pensábamos centrarnos en grabar nuestro sonido. Hemos ido pasito a pasito, haciendo conciertos, investigando, experimentando con las reacciones del público y también experimentando con formatos de grabaciones, vídeos y directos, gracias sobre todo a la Comunidad de Madrid, que apoya este tipo de iniciativas digitales, y ahora queremos lanzarnos a hacer un proyecto de divulgación del repertorio renacentista (More Hispano) y grabar tanto nuestro programa ‘Lenguas malas’ como el Manuscrito de Totana. La idea era hacer todos los conciertos y luego grabar y ahora tendremos conciertos durante el proceso de grabación.
Además, ‘Lenguas malas’ y el próximo proyecto que estamos preparando con Francia tienen que ver, precisamente, con la interacción con el público, entra en juego no solamente la parte musical, sino también una parte de crítica a patrones sociales que existían en el Renacimiento y que hoy todavía se repiten, como los convencionalismos sociales, el rol de la mujer, etc. Así que hay relación entre ellos y vamos a poder seguir trabajando.
En 2018 hablábamos de que llegaría el momento en el que grabaríais un disco, veo que ese momento ha llegado. ¿Será lo primero el Manuscrito de Totana?
Jorge: Creemos que el disco de Cantoría debe ser sobre algo que el grupo lleve haciendo estos años y que debe reflejar lo que hemos crecido. El Manuscrito de Totana, que fue un descubrimiento que hicimos Valentín, Samuel y yo en el ECOS Festival, tendrá su momento. Ahora queremos estrenarlo, profundizar en él y ver qué puede aportarnos la música sacra y qué podemos aportar nosotros a su interpretación. Hay muchísimas grabaciones increíbles (del Manuscrito de Totana no, porque es inédito), pero estamos seguros de que a través de este proceso de laboratorio que son los ensayos y los proyectos de Cantoría, encontraremos algo genuino que ofrecer.
Durante este tiempo nos han preguntado muchas veces por cuándo íbamos a sacar el disco y, en mi caso, me he sentido un poco presionado por grabar. El mercado funciona así, pero nosotros necesitábamos presentar un proyecto maduro, con algo que decir. Queremos hacer un disco que deje huella.
¿Y qué nuevos proyectos han surgido durante el confinamiento?
Inés: Nos han invitado al Festival de Estella y ha surgido la oportunidad de grabar un vídeo para el ECOS Festival.
Jorge: También han surgido propuestas muy relacionadas con la proyección internacional del repertorio renacentista español, sobre todo en colaboración con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), con Acción Cultura Española (AC/E) y con la Red Europea de Música Antigua (REMA).
Adelantábamos antes que este próxima temporada celebraríais vuestro quinto aniversario, ¿tenéis previsto algún evento especial con motivo de esta conmemoración?
Valentín: Hay una cosa que nos hace especial ilusión, ya que nacimos al mismo tiempo que el ECOS Festival, y es que el próximo año protagonizaremos el concierto de apertura de la edición. Será como volver a casa.
Jorge: Teníamos una estructura bastante preparada, pero ahora todo ha cambiado y hay que reubicarlo. Nos ha dado tiempo a pensar dónde queremos estar y a enfocar nuestra propia carrera artística. Hemos pensado sobre cómo queremos que sean nuestros conciertos, cómo disfrutar cantando… Se trata de sentirnos realizados con el producto que ofrecemos. Creo que esa sería la mejor celebración de quinto aniversario: sentirnos satisfechos con nuestra oferta artística y con la unión que hay entre nosotros. Ojalá sea un año de poder vivir muchos momentos de complicidad y poder disfrutar de la música.
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