Del 28 de julio al 10 de agosto se celebra la 66.ª edición de los Cursos Universitarios e Internacionales de Música en Compostela, centrados en la formación e interpretación de música española. Hablamos con su director, el violista Ashan Pillai, sobre los objetivos y dinámica de este evento, las actividades previstas para este año y la relación de los cursos con el tejido musical y cultural gallego
Por Manuel Pacheco
Los Cursos de Música en Compostela alcanzan este año su 66.ª edición. ¿Cómo se aborda la preparación y organización de una actividad con semejante trayectoria y reconocimiento?
Son varios los elementos relacionados con la organización y preparación de un encuentro internacional tan importante. Primero tenemos que tener un plan para los eventos oficiales: fechas de apertura y clausura del curso, conciertos, conferencias, repertorio, homenajes, etc. Luego tenemos que elegir a los estudiantes, y cada profesor elige su clase entre varias solicitudes internacionales. Siempre hay un contexto intenso de presiones financieras que tenemos que tener en cuenta para planificar bien. La oficina de Música en Compostela, con sede en Santiago, trabaja constantemente para asegurar la máxima viabilidad financiera, colaborando y negociando con los patrocinadores oficiales y las instituciones cuyo apoyo es esencial.
¿Qué supone para ti, como músico no español, la responsabilidad de sacar adelante unos cursos con una historia tan trascendental a sus espaldas?
No puedo responder a esta pregunta sin hacer un breve recuento de mi relación con el repertorio de viola español. Cuando comencé mi relación con la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya en 1999, el entonces director técnico, Abili Fort (violista), me introdujo en el repertorio catalán para viola, que constituye una parte considerable del repertorio español para el instrumento. Descubrí e interpreté obras de Benejam, Brotons, Montsalvatge, Lamote de Grignon, Homs, Casablancas, Soler, etc., y más tarde los grabé. Por esta misma época conocí a dos figuras monumentales de la música española, el violinista Agustín León Ara y el violista Enrique Santiago. Eran compañeros míos en la Escola Superior de Música de Catalunya (ESMUC). Enrique hablaba con mucha pasión sobre el repertorio español para viola y sus conocimientos me fascinaban. Me parecieron especialmente curiosas las once sonatas para viola de la Capilla Real de Madrid (1770-1820). Ambos me animaron a continuar con la investigación y promoción de este repertorio. Entonces yo no sabía que un día sucedería a Enrique Santiago y que, diez años después, sería nombrado director de Música en Compostela.
Me incorporé a los cursos hace diez años, tras la jubilación de Enrique Santiago. Me sentí profundamente honrado, era el más joven de los profesores y admiraba a todos mis colegas. Recordar sus personalidades y su enorme talento (muchos ya se han ido de este mundo) me ha dado la fuerza para asumir este trabajo sabiendo la enorme responsabilidad que estoy asumiendo. He nacido en Sri Lanka, me he educado en Inglaterra y Estados Unidos y ahora vivo en Barcelona. Me considero un ciudadano del mundo y estoy muy orgulloso de trabajar con el lenguaje más poderoso que trasciende todas las fronteras humanas, la música. Es cierto que mi nombramiento hubiera sido impensable hace apenas quince años, pero el mundo que nos rodea evoluciona y las actitudes cambian.
¿Cuál es el objetivo principal de los cursos?
El objetivo principal es el estudio, interpretación y difusión del repertorio español para voz, piano, guitarra, coro, órgano, violín, viola y violonchelo. También tenemos las dos clases teóricas de composición y musicología. Los estudiantes vienen de todo el mundo para estudiar este repertorio con una facultad de renombre internacional.
¿Hay una línea de trabajo común entre las diferentes disciplinas que se ofertan?
Aparte de lo que tenemos en común, que es la pasión por la música española, todos estamos comprometidos con la labor pedagógica: el intercambio de conocimientos y curiosidades, o la importancia de trabajar con las generaciones más jóvenes para que puedan regresar a sus respectivos países e impartir los mismos conocimientos a muchos otros.
¿Qué criterios se siguen para la selección del alumnado?
El estudiantado tiene que estar en edad de superior, posgrado o, como es el caso de muchos, ser profesionales absolutos. Tienen que tener un excelente nivel instrumental y teórico (musicología y composición). Hay muy pocos casos de preescolar excepcionalmente talentosos aceptados cada año. Además, todos los estudiantes aceptados tienen el interés compartido en el estudio del repertorio español.
¿Existe la posibilidad de solicitar becas?
Sí, Música en Compostela siempre ha concedido becas y estamos trabajando muy duro para seguir ofreciendo esta gran ayuda a los estudiantes.
¿Cómo se selecciona el profesorado?
Hay dos requisitos principales: que sean artistas reconocidos por su interpretación y conocimiento del repertorio español en sus respectivos campos de especialización, y que se trate de pedagogos respetados en el escenario internacional.
¿Cuáles son las sedes que alojan las actividades lectivas o los diversos conciertos de alumnos que se realizan?
Estamos orgullosos de utilizar algunos de los sitios más históricos de Santiago, entre los que destaca el escenario de muchos de nuestros conciertos, la Capilla del Hostal de los Reyes Católicos. También trabajamos en las numerosas iglesias históricas de la ciudad, la Facultad de Medicina, el antiguo conservatorio y el nuevo conservatorio profesional, que está maravillosamente equipado. Nos encontramos en deuda con todas estas instituciones por su generosa ayuda.
Además de las clases en sí, ¿hay alguna actividad extraordinaria programada en el contexto de los cursos?
Aunque las clases son obviamente la columna vertebral del curso, hay un intenso programa de otras actividades. En particular, destacan los conciertos que ofrecen los estudiantes y profesores en diversos entornos durante las dos semanas de duración. Recientemente se ha celebrado un concierto en el hospital principal de Santiago, una iniciativa para acercar la Música en Compostela a la ciudad y a sus habitantes —algo muy importante para la música clásica en nuestra sociedad actual—. También contamos con el tradicional concierto en Pontevedra a mitad de curso, y diversas conferencias y seminarios sobre temas relacionados con el repertorio y los compositores. Suele celebrarse un recorrido por la Catedral para aquellos que son nuevos en Santiago, e imagino que los estudiantes hacen su parte de turismo.
¿Qué relación mantienen los Cursos de Música en Compostela con otras instituciones musicales gallegas, tales como las orquestas o auditorios del territorio?
Los cursos mantienen una estrecha colaboración con numerosas instituciones musicales de toda Galicia. Música en Compostela llena con sus conciertos y conferencias espacios paradigmáticos de la ciudad tales como el Auditorio de la Escola de Altos Estudos Musicais, el Auditorio del Centro Galego de Arte Contemporáneo (CGAC), el Auditorio Fontán de la Cidade da Cultura y el Auditorio de Galicia. En este último tiene lugar una de las colaboraciones más destacadas: el concierto de la Orquesta Sinfónica de Galicia, que año tras año presenta en Santiago repertorio orquestal español a través del curso. Se trata de un éxito asegurado gracias a la excelencia de una de las mejores orquestas de la escena internacional.
Música en Compostela llega también a las iglesias de la ciudad. Destacan los conciertos realizados en la Iglesia de San Paio y la iglesia de la Universidad. Es fundamental también la colaboración de los cursos con instituciones educativas musicales, tales como el Conservatorio Profesional y la Escola de Altos Estudos Musicais, que abren sus puertas al alumnado de los cursos llegados de todo el mundo.
Música en Compostela supone un evento clave en la vida cultural de la ciudad en verano, ya que genera sinergias entre sus distintas instituciones a través del lenguaje universal de la música. Su influencia, no obstante, no se limita al ámbito compostelano, sino que se expande a toda Galicia a través de colaboraciones con instituciones de prestigio como el Museo Provincial de Pontevedra o el Auditorio Afundación en Vigo.
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