El compromiso con el patrimonio y la investigación musical hacen posible el estreno de una de las óperas más relevantes de Francesco Corselli, compositor imprescindible para entender la música del siglo XVIII en España. Después de 279 años —y un confinamiento—, la representación de Aquiles en Esciros ya es una realidad.
Por Ana María Jara López
Madrid, Real Coliseo del Buen Retiro, 8 de diciembre de 1744. Los músicos se preparan para la representación que forma parte de los festejos en honor al casamiento de la infanta María Teresa con el heredero al trono de Francia. Entre la plantilla se encuentran instrumentistas españoles e italianos, siendo la mayoría de ellos componentes de la Real Capilla. El compositor Francesco Corselli, quien asumió el cargo de maestro de la Capilla Real hace escasos seis años, ha puesto música a un exitoso libreto del dramaturgo Pietro Metastasio. Se estrena Achille in Sciro, operadrammatica en tres actos.
El lugar elegido, el Casón del Buen Retiro, es ahora el espacio reservado para las representaciones operísticas después de que el Teatro de los Caños del Peral haya sido clausurado años atrás. Entre el público se encuentra el famoso castrato Carlo Broschi ‘Farinelli’. El cantante ha llegado recientemente a la corte española de Felipe V, reclamado por la reina Isabel de Farsenio, con la esperanza de poder aliviar la profunda melancolía que padecía el rey. De momento, nada hacía sospechar al marqués de Scotti que su influyente posición en la coordinación de la vida musical madrileña sería ocupada por el cantante napolitano, que cada vez se hacía más imprescindible para los monarcas.
Aquiles antes de ser leyenda
La ópera Aquiles en Esciros (Achille in Sciro)es objeto de estudio, además de por la calidad de su música y la elevada categoría de su libreto, por la influencia y trascendencia de la obra. Francesco Corselli es considerado el responsable de incorporar la ópera seria a la escena madrileña, labor que comenzó durante sus primeros años como maestro de la Real Capilla.
La primera ópera de Corselli en Madrid que pertenece a ese género es Alessandro nell’Indie,compuesta en 1738 con libreto de Pietro Metastasio, revisado por Farinelli. El estreno se realizó a petición de la reina para la celebración de la boda de Carlos de Borbón, quien reinaría como Carlos III, y María Amalia de Sajonia. Le siguió al año siguiente el estreno de Farnace, con libreto de Antonio Maria Lucchini, también vinculada a festejos nupciales, en esta ocasión por el compromiso del infante don Felipe de Borbón y la princesa francesa Luisa Isabel. Finalmente, se completa la trilogía, quizá más determinante en el corpus operístico de Corselli, con Achille in Sciro. Las tres obras permitieron establecer la ópera seria en España siguiendo la tendencia más difundida por Europa.
Emplear los libretos de Metastasio significa otorgar protagonismo a la exquisita letra del dramaturgomás reconocido de su época. La buena recepción que se produjo de sus obras en España vinculó al país con las tendencias imperantes del momento. El puesto de Metastasio como poeta oficial de la corte de Viena le garantizaba la influencia en todo el continente. Gracias a la estrecha amistad que le unía a Farinelli, la corte española tendría el privilegio de tener su colaboración a pesar de la exclusividad que debía mantener con los teatros de la corte imperial austríaca.
El libreto escrito por Pietro Metastasio se escribió para el primer Aquiles en Esciros con música de Antonio Caldara, maestro de capilla de la corte vienesa. Se estrenó en 1736 en el Teatro Imperial como parte de los festejos por el compromiso de la futura emperatriz, la archiduquesa María Teresa de Austria, con el duque Francisco de Lorena. La trama de la ópera presenta a un joven Aquiles antes de convertirse en el héroe de la batalla de Troya.
El argumento comienza cuando un joven Aquiles es enviado a la corte del rey Licomedes en la isla de Esciros. Su madre, después de conocer una terrible premonición sobre la muerte de su hijo, decide esconderle allí y travestirle para hacerle pasar por doncella. Pretende así protegerle del anunciado fatal desenlace. Las aventuras de su estancia en la corte incluyen episodios de confusión, amor y pasión. Pasajes de cierta diversión y también momentos dramáticos se aúnan en una de las óperas más exitosas del siglo XVIII.
Durante su estancia en la isla camuflado como mujer, Aquiles se enamora de la princesa Deidamía la cual le guarda el secreto de su verdadera condición. Diversas aventuras sucederán en la corte; entre ellas una emboscada que tendrá como objetivo convencerle de acudir a la batalla.En la ópera se muestra a un Aquiles que se enfrenta al dilema de elegir entre el amor y la gloria. El honor y la trascendencia de ser considerado héroe le llevarán a luchar en Troya, destino del cual sabemos que no regresará.
Musicalmente, la ópera se encuentra cercana al estilo galante de mediados de siglo. Un momento histórico de transición entre el Barroco y la incorporación de nuevos elementos que le acercan a lo que será el Clasicismo. Se mantiene la estructura de recitativo, aria da capo y recitativo, pero las líneas melódicas son más perfiladas y contenidas. La música no presenta excesos, ya que no se perciben las coloraturas y virtuosismos vocales propios de décadas anteriores.
Conociendo a Corselli
Francesco Corselli viajó a la corte madrileña en 1733, coincidiendo con el regreso de los monarcas a la capital tras su larga estancia en Sevilla. No era un compositor desconocido para la reina. Analizando algunos datos de su biografía se pueden extraer conclusiones que explican las conexiones entre el compositor y la familia de Isabel de Farnesio. Nacido en 1705 en Piacenza, perteneciente al ducado de Parma, fue maestro de la capilla ducal sirviendo a Francisco I y su hermano Antonio, de los cuales la reina era sobrina. Isabel también conoció al padre del compositor, el francés Charles Courcelle, quien fue su maestro de baile durante sus años de juventud en Parma.
Aunque no se conoce demasiado de su juventud, sí se puede afirmar que Corselli fue alumno o al menos recibió los consejos de Geminiano Giacomelli. Quizá fue la afición de su maestro por la ópera lo que propició que Corselli se adentrase en el ámbito escénico. Además de las conexiones familiares y geográficas que le situaban en el entorno de la reina, a Corselli le respaldaban y avalaban también los éxitos conseguidos en Venecia unos años antes.
Su ópera La Venere placata, con libreto de Claudio Stampa, estrenada en 1731 en el Teatro San Samuele, obtuvo una excelente acogida por la sociedad veneciana. También en la ciudad de los canales fue donde consiguió que sus arias formaran parte del repertorio reseñado por otros compositores. Un ejemplo destacable fue la incorporación de dos de sus arias como parte del repertorio compartido en las producciones de ópera coordinadas por Georg Friedrich Haendel en Londres. Esta práctica, alejada de cualquier conciencia de plagio, verifica la relevancia y repercusión de las melodías de Corselli, capaces de versionarse y aparecer en otras obras de refutados compositores.
Su procedencia italiana compartida con la reina y su ascendencia francesa, coincidiendo con el país del linaje de Felipe V, le otorgaron a Corselli una excelente posición para integrarse en la corte madrileña. Entre el corpus creado por Corselli se encuentra abundante música eclesiástica debido a su condición de maestro de la Capilla Real. Entre sus composiciones más numerosas se encuentran lamentaciones de Semana Santa y villancicos religiosos, además de cantadas, tonadillas y pastorelas. Con la ascensión al trono de Fernando VI y el protagonismo que asumió el cantante Farinelli, la producción operística de Corselli disminuyó considerablemente y, por tanto, su influencia en los gustos escénicos.
Italianos en la corte española
La presencia en la corte de músicos italianos fue una constante durante el reinado de Felipe V a partir de su matrimonio con su segunda esposa, Isabel de Farnesio. Las inquietudes artísticas de la reina la hacían proclive a incorporar músicos de su país natal.
Cuando Corselli se instaló en Madrid solicitó el puesto de maestro de la Real Capilla, quizá alentado por el respaldo que la actual reina le podía propiciar. Pero en ese momento ya había dos músicos ocupando ese puesto: José de Torres y Felipe Falconi. La duplicidad en el puesto se explica conociendo los constantes viajes de los monarcas por territorio nacional, lo que obligaba a dividir a la agrupación. Debido al precario estado de salud de ambos maestros, a Corselli se le prometió el puesto cuando quedara una vacante.
Mientras tanto, fue nombrado maestro de las infantas María Teresa y María Antonia en 1734 y 1736, respectivamente. También en esos años fue nombrado maestro de cámara de los reyes. Entre sus cualidades se ensalzaba tener ‘una buena voz de tenor, dominio necesario del violín y el clave’ además de ser ‘verdaderamente diestro y hábil con particularidades que en pocos se encuentran’. Sería precisamente para los festejos nupciales de su alumna María Teresa, la hija mayor de los reyes, el motivo que le condujo a componer la ópera de Achille in Sciros que se estrenó días antes de que la joven partiera a Versalles para contraer matrimonio con el delfín de Francia.
Un acontecimiento histórico relevante durante la estancia de Corselli en Madrid fue el incendio del Real Alcázar en la Nochebuena de 1734. Siendo todavía maestro de las infantas, el compositor tomó parte muy activa en la recuperación del calcinado archivo musical. Junto a los compositores José de Torres y Felipe Falconi, todavía maestros de la Real Capilla en esos años, y un joven José de Nebra, se configuró de nuevo el catálogo musical.
Madrid mira hacia Europa
Fue en marzo de 1738 cuando se hizo oficial el ansiado nombramiento como maestro de capilla de Corselli. Además de su labor compositiva, el magisterio de Corselli contribuyó a acercarse a los ideales musicales europeos próximos a la Ilustración que estaría por llegar.
El impacto del nombramiento de Corselli fue inmediato, ya que en 1739 se aprueba una nueva planta de la Capilla Real. La reforma que realizó en la plantilla de sus músicos permitió la incorporación del fagot, las trompas y dos instrumentistas de oboe. Además, se dividió a la cuerda en los cuatro registros clásicos incluyendo por tanto a la viola como instrumento estable en la orquesta. De esta manera, la estructura musical de la corte madrileña se modernizó acercándose a las exigencias compositivas y la demanda del público que ya estaba imponiéndose en los demás países del entorno.
Corselli falleció en 1778. Su magisterio duró 40 años, coincidiendo con un cambio en las exigencias y los gustos artísticos. Las reformas de la plantilla y su planteamiento operístico se asemejaban a las nuevas modas europeas de refinamiento. Su búsqueda de pureza vocal le otorga un lugar destacado para comprender el momento de transformación en los parámetros estéticos de la composición musical de su época.
Proyecto Didone: rescate musical
El Teatro Real estrena Aquiles en Esciros después de haber sido pospuesta por motivo de la alerta sanitaria del pasado marzo de 2020. Rescatar las partituras del olvido ha sido posible gracias a la labor de investigación realizada por el Instituto Complutense de Ciencias Musicales de la Universidad Complutense de Madrid (ICCMU) liderado por el reconocido musicólogo Álvaro Torrente en colaboración con el European Research Council (ERC). Ambas instituciones han creado el denominado Proyecto Didone, que comenzó en 2019. Entre los objetivos establecidos se encuentran el editar y difundir un total de más de 400 arias pertenecientes al repertorio operístico en España durante el siglo XVIII.
Precisamente en Aquiles en Esciros se encuentran alrededor del sesenta por ciento de las arias más influyentes de ese periodo. La composición operística de Corselli se nutre de esos pasajes musicales con notable éxito. Es interesante recordar que el compositor ya obtuvo reconocimiento y amplia difusión con las arias pertenecientes a sus óperas de juventud estrenadas en Venecia.
Durante el mes de febrero se representa la que se considera la mejor ópera del siglo XVIII español. El nuevo proyecto del Teatro Real, en coproducción con el Theater and der Wien cuenta con la Orquesta Barroca de Sevilla y el coro Titular del Teatro bajo la dirección musical de Ivor Bolton. La puesta en escena propuesta por Mariame Clément crea un universo visual de fantasía representando la isla de Esciros como protección pero también como un lugar del cual es difícil escapar.
El Teatro Real nos ofrece la oportunidad de conocer mejor a un músico imprescindible. Corselli, compositor que más allá de su apellido y procedencia, ha configurado el arte musical en España en una época de cambios. Un músico rescatado que reivindica su lugar en la historia.
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