La pianista búlgara-española Mariana Gurkova, discípula de Joaquín Soriano, y ahora docente en el Real Conservatorio Superior de Músca de Madrid y en el Centro Superior Katarina Gurska, nos presenta su visión de una atractiva parte del pianismo hispano desatendido. La investigación del repertorio es tarea importante para poner en valor muchos de los tesoros que aún esperan ser rescatados o revitalizados. Para ello, además de ser intérprete competente y de buen gusto, se requiere la inquietud por la búsqueda y el interés por aportar algo a la comunidad artística o académica, Gurkova lo cumple en este trabajo.
Grabado en el RCSMM los días 24 y 25 de septiembre de 2016, el disco supone un homenaje de la pianista a dos autores españoles nacidos en Cataluña con casi siglo y medio de diferencia, entre los que buscar una conexión estética pasaría por relaciones no imposibles como la que pudiéramos pensar entre un Debussy y un Rameau. Gurkova se muestra preocupada por ofrecer un sonido atractivo y una coherencia en el discurso, poniendo en primer término la naturalidad vs. detalles nimios como la mecánica precisión absoluta en batidas de ornamentos o una preocupación estructural en contrastes dinámicos evidentes en el caso de Soler. Del monje jerónimo destaca la vivacidad del toque, la alegría que se desprende de páginas desenfadas como la Sonata «del gallo» o el lirismo que sabe imprimir a la Sonata núm. 47, íntima y sugerente.
Albéniz escribe su opus 82 con 27 años, si bien mostrando maneras, aún bastante lejos de las páginas que le llevarían al reconocimiento universal. En el Minueto del gallo podemos imaginar música de otros olvidados como el gallego Marcial del Adalid, sin embargo la atmósfera de Reverie nos aproxima a la búsqueda de un lenguaje más original e inspirado, que Gurkova brinda en delicado y esmerado ataque, con sugerentes dinámicas, eficaz uso del pedal, mayor riqueza de planos y de timbres que en Soler. Es fácil imaginar a la pianista disfrutando mientras toca esta página de ensueño, posiblemente la más exquisita aportación del álbum, poniendo en valor un virtuosismo sonoro más cercano a la calidad del alma que a la preocupación por sorprender.
Por: Antonio Soria
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