El bailarín y coreógrafo Antonio Najarro dirige actualmente su propia compañía de danza, Compañía Antonio Najarro, después de dedicar casi una década de su carrera a la dirección del Ballet Nacional de España. Compagina esta labor con coreografías para grandes compañías internacionales y espectáculos de patinaje sobre hielo de enorme reconocimiento. El espectáculo que está representando actualmente se llama Querencia, con música compuesta por Moisés P. Sánchez e interpretada por la Orquesta de Extremadura.
Por Ana Nasarre y Marisa de Prada
¿A qué edad empezó a sentir su pasión por la danza?
Mi pasión por la danza surgió siendo muy pequeño, tenía apenas 6 años. Toda mi familia es andaluza, de Málaga, y durante las dos semanas de feria de todos los veranos, yo iba al centro de Málaga y veía a la gente con los trajes tradicionales de flamenco, de malagueñas, de verdiales, músicos flamencos tocando por la calle y los caballos con los hombres y las mujeres vestidos de flamencos montándolos. Era un universo que a mí me llamaba mucho la atención: la estética, la gente bailando de manera desinhibida. Era un niño muy introvertido y estando en este ambiente me sentía libre; me ponía a bailar por la calle sin ningún tipo de pudor y era algo que me apasionaba. Mis padres vieron que era una forma de abrirme y de romper esa timidez y fue ahí donde empezó mi afición por la danza.
¿Ha admirado o influido en su manera de bailar algún bailarín?
En realidad, he tenido la gran suerte de poder estudiar con varios de los mejores maestros y coreógrafos de la danza española que existen como son Mariemma, José Antonio Ruíz, Antonio Gades, Alberto Lorca, José Granero y, de todos ellos, he adquirido el conocimiento necesario como para desarrollar mi propia personalidad y mi propio lenguaje en el mundo de la coreografía tanto como intérprete como creador. Es cierto que hay muchos bailarines a los que admiro y he admirado, tanto de ballet clásico, de danza contemporánea o de flamenco, pero no podría decir uno en concreto porque es tan compleja la danza española y la danza en general que son muchos mis referentes en cada uno de los estilos.
Usted fue director del Ballet Nacional de España desde el 2011 hasta 2019. ¿Qué representó esta etapa en su carrera artística?
Esta etapa de ocho años significó para mí un gran reto. El reto en el que luché por conseguir que el Ballet Nacional de España fuera una estructura muy abierta, muy versátil, con muchísima comunicación en todos los aspectos, muy mediática y donde había una afluencia de maestros, coreógrafos y bailarines invitados enorme.
En esa etapa de mi vida estuve dedicado al cien por cien al Ballet Nacional de España. Pusimos muchos espectáculos en pie, hicimos muchas acciones solidarias con personas con discapacidad, proyectos pedagógicos, y desfiles de moda coreografiados. Nos asociamos a bailarines, músicos, cineastas, modistos, pintores y fotógrafos, todos los ámbitos. Fue una etapa muy enriquecedora y muy intensa, de la que me siento muy contento con todos los resultados que obtuvimos.
En el año 2002 creó su propia compañía. ¿Es imprescindible tener compañía propia para tener total libertad de creación?
La compañía de autor de cada coreógrafo es la posibilidad de poder coreografiar un espectáculo de principio a fin con tu propio lenguaje, con tu propio sello, con tus propias ideas. No es que sea imprescindible, pero sí es cierto que tener una compañía es como tener una entidad que es como tu corazón, tu alma, tu sello y es tu lenguaje y los espectáculos que llevas con tu compañía y el público que lo va a ver sabe que son cien por cien tu esencia. En mi caso, que me encanta la coreografía y que la necesito, necesito coreografiar y crear, es muy importante tener mi propia compañía de danza.
¿Puede explicar lo que significa la fusión de nuevas expresiones artísticas y deportivas y mestizaje escénico?
Nuevas expresiones artísticas y deportivas, si es referente a fusionar el arte con el deporte, soy un loco por el mestizaje. Todos mis espectáculos con mi compañía son una fusión de tango argentino y danza española, del flamenco, el blues, el jazz, el soul o la danza oriental con la danza española. Y, en el deporte, estoy absolutamente convencido de que en cualquiera en el que se incluya una música o haya algún tipo de puesta en escena es indispensable que el deportista tenga un conocimiento de las artes escénicas y de lo que es la expresión artística para dotar de emoción, calidad y, sobre todo, para que el programa que presente sea más redondo.
Estoy absolutamente convencido de que el bailarín ha de tener un gran componente artístico, además de estar muy preparado físicamente, poseer una complexión y un cuidado corporal exactamente igual que un deportista de élite. Considero que los deportistas de la gimnasia rítmica, natación sincronizada o patinaje artístico que se rigen de una música, un vestuario, etc. tienen que cuidar al cien por cien los componentes artísticos.
Ha creado piezas para grandes figuras del patinaje artístico que han obtenido medalla de oro en olimpiadas y otros premios en certámenes internacionales. ¿Cómo nació esta idea tan poco corriente e innovadora?
Surgió en el año 2000 cuando la pareja francesa formada por Marina Anissina y Gwendal Peizerat, que eran en aquel entonces campeones del mundo de patinaje artístico sobre hielo, estaban buscando un coreógrafo para crear un programa flamenco para presentarlo en los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City en Estados Unidos en el año 2002. Contactaron conmigo, vinieron a Madrid, estuvimos hablando, para mí era un reto enorme el pasar el flamenco, que es un arte de tierra, de peso, de energía, muy diferente a la energía que se desarrolla sobre el hielo, que es deslizarse, que es etéreo, es alto, es fluido… Era un reto muy sugerente e importante para mí y, como siempre me ha encantado arriesgar y acceder a otros dominios diferentes y salir de mi zona de confort, me pareció muy interesante. Estuvimos trabajando dos años este programa en el que los trataba como verdaderos bailarines todo el tiempo.
En el 2002, ganaron la Medalla de Oro de los Juegos Olímpicos con este programa y, a partir de ahí, han sido muchísimos los patinadores que me han llamado para montarles coreografías, varios de los mejores patinadores de todo el mundo. También he tenido la suerte de coreografiar varios espectáculos de patinaje artístico sobre hielo. Creo que, desde entonces, creo que el interés que han tenido en mí los patinadores es porque han visto que les trato como verdaderos bailarines y soy muy minucioso, muy musical, cuido al máximo las puestas en escena. Las coreografías están absolutamente medidas con la música e intento sacar movimientos en ellos que quizá con un entrenador de patinaje artístico no hubieran llegado nunca a hacer o no se hubieran arriesgado a hacerlo.
¿Cuánto tiempo tarda en preparar unos espectáculos tan complejos?
Varía mucho, dependiendo de si la música ya está compuesta o hay que componerla, de dónde se vaya a hacer, si es un teatro cerrado o es en un estadio olímpico, en una pista de hielo al aire libre o cubierta. Pero, generalmente, suelen ser periodos entre dos o tres meses para rematar un proyecto de gran envergadura.
También ha obtenido muchos premios. ¿De cuál se siente más orgulloso?
No podría decir de cuál estoy más orgulloso, aunque todos son premios relacionados con la danza, vienen de entidades muy diferentes. Todos ellos son muy enriquecedores para mí, también dependiendo de la etapa de la vida en la que los haya recibido les he dado mucha importancia en un momento determinado.
El Primer Premio de Coreografía que gané en el Certamen Coreográfico de Danza Española y Flamenco en Madrid, el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid, el Premio Max de las Artes Escénicas como bailarín, que lo concede la propia profesión de las artes escénica y el último el Premio Flamenco en el Aula 2022, otorgado por la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, todos me han hecho mucha ilusión, pero mi premio principal, aunque parezca un tópico, es seguir después de tantos años con la misma ilusión que el primer día, afrontando proyectos y luchando por la danza.
El espectáculo que está representando actualmente se llama Querencia. ¿En qué se inspiró y por qué este nombre?
Querencia es un proyecto de danza muy ambicioso principalmente porque he hecho componer una partitura para orquesta sinfónica. El compositor es el pianista Moisés P. Sánchez. Es inusual escuchar una composición sinfónica para danza española y con orquesta en directo. Digo que es inusual porque para una compañía privada es muy costoso. Es un espectáculo de corte tradicional de danza española en sus cuatro estilos: la escuela bolera, la danza estilizada, el flamenco y la danza tradicional española, pero puesto en escena e interpretado de una manera muy vanguardista. Consta de once cuadros que dan vida a este espectáculo con 17 bailarines de los mejores que hay en nuestro país. El vestuario es de Yaiza Pinillos y la iluminación es de Pau Fullana, que suple a la escenografía corpórea. Referente al título, el espectáculo vuelve a la tradición, a nuestras raíces, aunque, insisto, de una manera muy vanguardista.
¿Puede explicar en qué está trabajando y qué proyectos tiene en un futuro próximo?
Tanto este año como en los venideros seguir interpretando Querencia por todo el mundo con muchas funciones. Grabar la tercera temporada para La 2 de Televisión Española de Un país en Danza yseguir coreografiando a nivel internacional. Acabo de coreografiar de nuevo para el ballet del Capitole de Toulouse, se llama Tablao de inspiración de danza española. También he dirigido el vídeo corporativo de la Academia de las Artes Escénicas de España, de la cual soy vocal de la junta directiva, y he coreografiado un vídeo con más de treinta de los rostros más importantes del teatro, del cine, de la música y de la danza de nuestro país.
Sigo con mi proyecto Danza y Empresa, ofreciendo charlas y conferencias a equipos directivos de las empresas más importantes de España para confirmar que la emoción y la sensibilidad aplicadas a la alta dirección dan muy buenos resultados. Para ello, cuento con mi experiencia liderando grandes compañías como el Ballet Nacional de España, y el manejo de egos. Asimismo, sigo vinculado con el patinaje artístico sobre hielo, que es un mundo que me encanta y un montón de proyectos de los que todavía no puedo hablar.
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