Los próximos días 8, 10 y 12 de junio la mezzosoprano italiana Annalisa Stroppa visitará de nuevo el Teatre Principal de Palma para participar en las representaciones de Les contes d’Hoffmann, título con el que el coliseo mallorquí cerrará la presente temporada. Aprovechando su visita a España, charlamos con ella sobre sus próximos compromisos y los retos a los que se enfrentará en el futuro.
Por Susana Castro
Este mes de junio clausurará la temporada del Teatre Principal de Palma con su interpretación de La Musa, Nicklausse y La voix de la tombe de la ópera Les contes d’Hoffmann de Offenbach, que debutó hace dos años en Nápoles, ¿cómo describiría estos roles a nuestros lectores?
Para mí es un placer enorme volver a la espléndida ciudad de Palma. Además, este regreso tiene para mí un significado muy especial: mi debut en el Teatre Principal fue precisamente en marzo de 2020 con Carmen, justo antes de la pandemia y de que el mundo se paralizara; era el inicio de los confinamientos, de las mascarillas, etc.; y aquí estoy nuevamente, ahora empezando a ver algo de luz en el futuro después de esos dos años tan duros para la humanidad que todos conocemos; por eso Palma marca para mí el final de una era y, tras este período difícil, un nuevo comienzo lleno de esperanza.
En la producción de Les contes d’Hoffmann que representamos en junio en el Teatre Principal seré La Musa, Nicklausse y La voix de la tombe, tres personajes en uno que presentan, en realidad, tres interesantísimas facetas del mismo rol, La Muse.
Se trata de una ópera apasionante y con un gran trasfondo emocional; teatralmente es muy compleja de montar, llena de personajes que giran alrededor del protagonista, el poeta Hoffmann. Durante la ópera este relata sus historias amorosas con tres mujeres (la muñeca mecánica Olympia, la cantante Antonia y la cortesana Giulietta), que son en realidad una idealización del amor que siente por la cantante Stella; pero ninguna de estas historias de amor llegará a buen puerto, ya que lo circundan varios personajes maléficos que provocan un final trágico a cada una de ellas (Coppelius, que destruye a la muñeca Olympia; Miracle, que propicia la muerte de Antonia; y Dapertutto, que manipula a Giulietta, en contra de Hoffmann). Hoffman se abandona al vino y a las mujeres y pierde totalmente su camino artístico y poético.
Como contrapunto a toda esta maldad lo apoya siempre un gran amigo: el estudiante Nicklausse, quien velará por guiar por el buen camino al enamoradizo e inocente Hoffmann para que redescubra el camino poético perdido. Pero Nicklausse es en realidad la apariencia terrenal y humana de la Musa de la poesía, que ya se le aparece a Hoffmann en el prólogo intentando que pueda dedicarse plenamente a ella, al arte; finalmente el poeta se dará cuenta de que la única mujer fiel en su vida es el arte, la Musa inmortal, y de este modo volverá a escribir! ¡Es una historia preciosa!
En cuanto a La voix de la tombe (La Mère), la atenta y original visión del director de escena, Vincent Huguet, es muy interesante: Nicklausse, hechizado y manipulado por el Doctor Miracle, se le aparece a Antonia bajo la apariencia de su madre para apartarla de Hoffmann; el buen corazón de Nicklausse, sin embargo, sufre, porque sabe que esta aparición provocará la muerte de la pobre Antonia.
¿Qué exigencias conllevan estos roles a nivel vocal y escénico?
La Muse / Nicklausse es un rol maravilloso y hay que estar en muy buena forma para interpretarlo; musicalmente es protagonista de algunos momentos clave y bellísimos, además de que escénicamente está casi siempre presente. Offenbach falleció antes de terminar la ópera, que fue concluida por encargo de la familia al compositor Ernest Giraud, por eso la partitura sufrió muchos cambios antes de ser estrenada y hay que estar bien atento a la versión que se pondrá en escena, ya que el compositor no dejó demasiadas indicaciones.
En Palma, por ejemplo, se ha recuperado una aria bellísima que muchas veces suele cortarse en la que Nicklausse, a través de la música del violín, le declara a Hoffmann su amor (recordemos que es en realidad La Musa), pero no es un amor carnal, sino mucho más alto, un amor platónico en el sentido más amplio, queriendo siempre el bien para la persona que amas. ‘Escucha el sonido de esta cuerda desconsolada que pasa por el aire: ella consuela tus lágrimas, alivia tus dolores, ella es el amor vencedor, ¡poeta, entrega tu corazón! Yo La Musa, el arte, la Poesía, puedo secar tus lágrimas y consolar tus sufrimientos, en mí encontrarás la serenidad perdida…’. ¡Es una moraleja muy bonita!
Nicklausse es un personaje masculino, amigo del protagonista, Hoffmann, ¿se siente cómoda interpretando roles travestidos?
Me encanta interpretar personajes masculinos porque es un reto que me divierte y me apasiona; como mezzosoprano me he metido en la piel de varios roles en travesti, como Orfeo, Cherubino, Hansel, Roméo, Siebel, Stéfano o Ascanio. Cuando subo a un escenario trato de vivir el personaje intensamente, de meterme en su alma, de fijarme en sus movimientos, por lo que me resulta muy atractivo calzarme zapatos de hombre en roles tan diferentes a mí.
A Nicklausse ya le conocía antes, porque tuve la suerte de debutarlo hace dos temporadas en el Teatro San Carlo de Nápoles, aunque como decía antes, la versión que interpretamos en Palma es distinta; con tantas diferencias, a pesar del exigente trabajo, ahora la satisfacción es enorme; se ha creado un ambiente de trabajo precioso con todo el resto de compañeros y el equipo técnico y es increíble ver cómo el personaje va tomando forma cada día. El proceso creativo me encanta: es como tener arcilla para moldear y darle cuerpo y alma al personaje que llevas al escenario. ¡Es maravilloso!
En este caso la producción cuenta con la dirección escénica de Vincent Huguet y musical de Yi-Chen Lin, ¿ha trabajado con ellos anteriormente? ¿Qué espera de su trabajo en este proyecto?
La versión que se ofrece en Palma es una producción de la Opéra National de Bordeaux, y la verdad es que no había tenido la suerte de trabajar con el equipo de Vincent Huguet; su versión de la historia es teatralmente interesantísima, llena de detalles, colores y muy bien pensada en el planteamiento; Huguet es fantástico, con sus ideas muy claras pero al mismo tiempo dispuesto a escuchar propuestas; está muy atento a la personalidad interpretativa que hay detrás de cada artista, creando así algo nuevo en cada producción; es decir, parte de una idea predefinida que sin embargo después se desarrolla durante el trabajo con los intérpretes, por eso, respecto a la versión que se ha estrenado en Burdeos y que luego se llevó a Bilbao, el público que haya visto ambas podrá ver en Palma diferencias gracias al sello personal que Huguet nos ha permitido imprimir a cada uno de los intérpretes ¡Esto es maravilloso!
En cuanto a la maestra Yi-Chen Lin, no había tenido el gusto de trabajar con ella todavía, pero se nota que es meticulosa y que entiende la labor de los cantantes en la escena, estando siempre muy atenta al tipo de vocalidad del cantante que tiene delante; ha seguido todos los ensayos desde el principio, de manera que la parte musical ha conseguido casar perfectamente con todas las ideas que venían desde la dirección de escena, además de dar un toque de sensibilidad impresionante y muy importante en una ópera muy difícil musicalmente.
Ha sido, en definitiva, un verdadero privilegio poder trabajar tanto con el equipo de Vincent Huguet como con la maestra Yi-Chen Lin, con quienes hemos podido construir una atmósfera perfecta para realizar una fantástica labor de equipo. Creo que el público de Palma va a disfrutar muchísimo de esta producción.
Como recodaba antes, esta es su vuelta a Palma, donde debutó justo antes del comienzo de la pandemia por COVID-19 en la inauguración de la temporada de ópera 2020-21, con Carmen, ¿cómo recuerda la acogida del público mallorquín? ¿Tiene ganas de regresar a la isla?
Llegué a Palma el 16 de mayo para iniciar los ensayos de Les contes d’Hoffmann dando un salto desde el Teatro San Carlo de Nápoles —donde estaba cantando—, y tenía unas ganas tremendas de volver a esta maravillosa tierra, de la que estoy absolutamente enamorada. Como decía, en marzo de 2020, antes de que la pandemia paralizara el mundo, canté en el Teatre Principal la fantástica producción de Carmen de Calixto Bieito, fue el último título antes de vivir ese momento tan difícil; no sabía entonces a lo que nos enfrentábamos, especialmente en mi tierra, Brescia (en el norte de Italia), que al principio se convirtió en el epicentro de la enfermedad en Europa. Fui realmente consciente de ello al regresar a casa tras las funciones de Carmen en Palma; a pesar de todo, me fui con el feliz recuerdo de la maravillosa acogida del público mallorquín, por lo que tengo unas ganas enormes de reencontrarme con esa audiencia tan apasionada y en un rol tan diferente como el de Nicklausse.
Es curioso y significativo que en Carmen se hablaba de libertad —que tanto nos ha faltado en estos dos años— y ahora vuelvo con Les contes d’Hoffman,que nos habla de la importancia del arte, de la música y sobre todo del hecho de compartirlo con el público, algo que tanto hemos anhelado en este difícil período. A mi modo de ver, estos dos títulos, debido a todo lo que hemos vivido durante la pandemia, están ligados, y esto es algo que encuentro bellísimo.
En la temporada 2022-23 regresa al Festival Donizetti de Bérgamo con un debut importante: Léonor de Guzman en La favorite. ¿Cuáles son las exigencias de este difícil rol belcantista?
Es sin duda un gran reto y será uno de mis sueños cumplidos. Debuté en el Festival Donizetti, el más importante del mundo dedicado a este maravilloso compositor, precisamente durante la pandemia, con un teatro vacío a causa de las restricciones e interpretando la ópera Belisario de la mano del maestro Riccardo Frizza —su director musical—, y agradezco enormemente al Festival por confiar en mí para afrontar un personaje belcantista tan bello como el de Léonor de Guzmán. Será en la versión francesa de la ópera y la estoy estudiando desde hace meses a conciencia y con todo detalle; el nivel musical y psicológico del personaje es apasionante y me siento absolutamente cómoda interpretándolo.
Hay que tener resistencia para asumirlo —ya que es largo y complejo— y medir bien las fuerzas, especialmente cuando se trata de un debut; Léonor sufre porque no puede amar al hombre que en realidad ama, Fernando; ella es la Favorita del Rey, por lo que además es mal vista y criticada por la corte y el pueblo; por lo tanto es además difícil emocionalmente, pero será apasionante poder impregnarle toda mi personalidad artística para hacerlo mío y sentirlo con toda el alma. Amo todos los roles que interpreto porque son como criaturas que procuro vestir a través de mis vivencias y de mis sentimientos para darles vida.
¿Hacia dónde se encamina su repertorio en los próximos años?
Me he focalizado durante una buena parte de mi carrera en el período belcantista (Rossini, Donizetti, Bellini) y en el del Romanticismo francés, pero poco a poco mi repertorio se está abriendo al primer Verdi, obviamente sin dejar de lado el bel canto romántico —por diferenciarlo del bel canto barroco— ni las óperas francesas del siglo XIX, donde me encuentro perfectamente cómoda.
Sé que roles como Charlotte, Dalila, Orlofsky, Oktavian, Sapho o las reinas de Donizetti, por ejemplo, llegarán en algún momento, pero también amo todas las maravillosas obras sinfónico-vocales que hay para mezzosoprano, algunas de las cuales ya he debutado, por lo que quiero seguir abriéndome a ese espectacular mundo lleno de sorpresas.
El Réquiem de Verdi, por su espiritualidad y enorme belleza, lo he interpretado ya varias veces de la mano de directores como Teodor Currentzis o Plácido Domingo, y en mi mente y en mi haber artístico ya figuran maravillas como las sinfonías de Mahler o sus Lieder eines fahrenden Gesellen, Les nuits d’été de Berlioz, el Stabat Mater o la Petite messe solennelle de Rossini, Schéhérazade de Ravel o el Poème de l’amour et de la mer de Chausson. ¡Hay tantas obras para mi cuerda! Me siento una privilegiada y doy eternamente las gracias por el timbre de voz que la naturaleza me ha dado y que me permite interpretar obras tan bellas.
En todo caso, he respetado siempre mi voz, que es la que te marca el camino, eligiendo siempre las obras más sanas para mí, a veces incluso teniendo que rechazar algunos proyectos a primera vista muy atractivos pero que sentía que no calzaban con mi voz. Solo así consigues que el instrumento esté sano y evolucione correctamente para poder asumir con los años roles más pesados, a medida que la voz va tomando más cuerpo de modo natural. ¡No tengo prisa! Siempre hay roles maravillosos para disfrutar en cada momento.
¿Qué otros compromisos son relevantes para la próxima temporada 2022-23?
Además de la citada Favorite en Bérgamo, entre otros compromisos, próximamente me esperan Preziosilla de La forza del destino en el Festival Verdi de Parma, o mi primera Laura en La Gioconda, de Ponchielli, en el Teatro Filarmónico de Verona. Pero en la próxima temporada hay otras sorpresas que aún no puedo revelar porque no han sido presentadas todavía por los teatros, muy pronto serán anunciadas.
¿Podremos verla regresar a España próximamente?
Cantar en España es siempre una gran alegría: amo a su público, a sus fantásticos teatros, la comida, la gente, la música y los bellísimos paisajes de esta tierra. Me siento siempre tan bien acogida por el público español al que quiero especialmente. He tenido la suerte de subirme a grandes escenarios como los del Gran Teatre del Liceu, el Teatro Real, ABAO Bilbao Opera, la Ópera de Las Palmas, el mismo Teatre Principal de Palma, el Teatre Principal de Mahón (Menorca) o el Teatro Calderón de Valladolid. Por suerte tengo compromisos en España que, como decía antes, aún no puedo revelar, pero me hace una ilusión tremenda que estén en mi agenda. Por el momento trato de disfrutar del impresionante equipo artístico y técnico con el que tengo la suerte de trabajar estos días en Palma; llevar a escena Les contes d’Hoffmann es todo un reto ¡Chapó por ellos! A todos les estoy eternamente agradecida.
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