Reseña | Ángel Barja Songs: Limones van por el río

El tenor Miguel Bernal y la soprano Blanca Gómez, acompañados de Héctor Guerrero al piano, protagonizan este disco,un homenaje a Ángel Barja realizado a través de una selección de casi la totalidad de sus canciones para voz y piano.

Las 29 canciones que recoge el discose pueden agrupar por distintas temáticas y estilos. La escucha comienza con cuatro de las cinco canciones del disco basadas en poemas de Lorca, Canción, Cazador, Caracola y Se ha puesto el sol. Les sigue Quedito, pasito…, letrilla sevillana de 1720, Del rosal vengo mi madre, que musicaliza un poema de Gil Vicente y Zagalejo de perlas, de Lope de Vega. El propio Ángel Barja es el autor de los versos de la siguiente obra, ¡Niño Dios!, canción que precede a Canción del ruiseñor, de Jacinto Vedaguer y Tan sola estoy, poema del siglo XIII.

Las siguientes seis canciones, las primeras de un grupo de doce basadas en versos del folclore gallego, destacan por su carácter silábico y la sencillez de la melodía popular junto al sutil y colorista acompañamiento al piano. Son O que casa con morena, Alalá, Alalá de Padrón, Cantiga, Romance y Prende, Salgueiriño.

Continuamos con otra canción con letra del propio Barja, Ruiseñor de la noche, que da paso a dos de las canciones más bonitas del disco, Canción y Limones van por el río, que da nombre al disco, ambas con letra de José María Pemán.

Fino Cristal, poema de Carlos Rodríguez Pintos, Me nació un amor, también de Barja y Verde Verderol de Juan Ramón Jiménez, dan paso a otro pequeño grupo basado en el folclore gallego, ¡Terra, Terriña!, Canto de Berce, Cuantas Savedes Amar, Cantar de Arrieros I, Cantar de Arrieros II y Barcala. Por último, la canción más larga del disco, Romance de la Luna Luna, de Lorca, una de las más destacadas por su dificultad vocal y su riqueza de matices.

Aunque la obra de Barja brilla con luz propia, el trabajo de Miguel Bernal y Blanca Gómez es soberbio e impecable,en una grabación de gran calidad sonora, como nos tiene acostumbrados IBS Classical.

Por: Pedro Téllez