El pianista Claudio Constantini presenta América, un trabajo discográfico maduro y reflexivo que muestra a la perfección el resultado del trabajo bien hecho, el esfuerzo de toda una vida dedicada a la música y un sueño cumplido según el propio Constantini, que asegura que en este disco está plasmada una parte muy importante de su vida, de sus vivencias y de su personalidad inquieta, que le ha llevado a descubrir sonidos, culturas, a viajar en el tiempo y en el espacio y sobre las teclas del piano, estudiando con mimo cada sonido para buscar optimizar el resultado sin dejar que se escape el más mínimo detalle.
El pianista nos sorprende con un trabajo lleno de amalgamas sonoras, un estudio musicológico que relaciona a dos grandes artistas: Gershwin, quien consideraba el jazz como la música popular norteamericana; y Astor Piazzola, que creó en el tango un lenguaje diferente, alejándolo del bullicio de las calles y adaptándolo a la música de cámara.
De Gershwin destaca la Rhapsody in Blue, primera obra en la que el jazz se torna en el pentagrama con formas clásicas. Pieza que logró tener en sí misma el aroma del estilo jazzístico americano y la magnitud de la tradición sinfónica europea. Es una pieza compuesta para orquesta, aunque sus cimientos más sólidos parten del piano, por eso se puede adaptar a la perfección para ser interpretada en el teclado.
De Piazzola destacan las Cuatro Estaciones Porteñas, en las que se perciben matices del Barroco y del tango y podemos advertir los cambios que hizo el compositor de tonalidad y de modalidad y las variaciones rítmicas que hicieron de ella una verdadera obra de arte.
Del propio Constantini encontramos Summertime Variations, una delicia inspirada en el tema con el mismo nombre de George Gershwin.
En definitiva, América es un disco con el que recorremos el continente americano de norte a sur escuchando los mejores sonidos de cada lugar, interpretados por un gran maestro del piano y de la composición, Claudio Constantini, que nos demuestra que se pueden amar diversos estilos y que al combinarlos se obtienen joyas armónicas como las que encontramos en esta grabación, con unas interpretaciones sublimes.
Por: Ana R. Colmenarejo
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