Título: Amélie
Dirección: Jean-Pierre Jeunet
Música: Yann Tiersen
Pocas veces la banda sonora de una película europea, o concretando más,rodada en lengua no inglesa,alcanza la categoría de fenómeno de masas. Entre los ejemplos del pasado tenemos las partituras de Nino Rota para Fellini y de Morricone para Sergio Leone, pero hoy en día el fenómeno es ciertamente marginal. Quizás sea el cine francés quien más veces haya constituido la excepción a la norma, como lo demuestran la BSO de Los chicos del coro,la trilogía de Krzysztof Kieslowski Azul,Blanco y Rojo (producida en Francia) y Le Fabuleux Destin d’Amélie Poulain, más conocida en nuestro país como Amelie.
La película supuso la segunda aventura en solitario de Jean-Pierre Jeunet, convertido en cineasta de culto por sus dos largometrajes co-dirigidos junto a Marc Caro, Delicatessen y La ciudad de los niños perdidos. Jeunet rompió el tándem aceptando la oferta de Hollywood para ponerse al frente de Alien resurrección,que obtuvo buenos resultados, pese a salir malparada en comparación con las entregas dirigidas por Ridley Scott y James Cameron.Era de esperar que el siguiente proyecto de Jeunet fuese realizado también en lengua inglesa y Jeunet decidió que Emily Watson protagonizase la fantástica historia de una joven que se marca el propósito de hacer más felices a quienes le rodean. Sin embargo, la agenda de Watson hizo imposible su presencia en el film y Jeunet reescribió el guión para ambientarlo en París,el marco idóneo para una propuesta realizada con la estética de un anuncio de perfume (no en vano,el director había desarrollado una intensa carrera dentro del campo publicitario). Así que Amelie se rodó en francés y la elegida para dar vida al personaje principal fue la por entonces casi desconocida Audrey Tautou.
Aspectos que ya se habían apuntado en sus cortometrajes y películas con Caro son explotados aquí hasta el virtuosismo por Jeunet,arrancando a la cotidianeidad su lado más fascinante y poético.Por eso Amelie habla del placer de reventar las burbujas de plástico de los embalajes,de hacer que una piedra rebote cinco veces en el agua o de las copas que bailan sobre el mantel de una mesa, mecidas por el viento. Amelie no fue exhibida en Cannes al ser considerada carente de interés. Posterior-mente, cuando ocho millones de personas la vieran en Francia,en apenas unos meses, se criticaría duramente a los organizadores del festival. Curiosamente, la copia recha-zada era un montaje provisional,sin música. Jeunet había pensado en primer lugar en Michael Nyman para escribir la banda sonora, pero mientras montaba la cinta, uno de sus ayudantes puso un disco de Yann Tiersen, un músico nacido en 1970, quien además de componer, tocaba el piano, el violín, el acordeón y la guitarra eléctrica en sus conciertos,poniendo incluso su propia voz.Tiersen tenía ya una cierta reputación de músico independiente y había actuado con grupos como The Married Monk. Cuando Jeunet se fijó en él tenía editados tres discos,uno de los cuales fue utilizado por Erick Zonca para su pelí-cula La vida soñada de los ángeles. Fascinado, Jeunet llamó a Tiersen y le encargó la composición de la BSO, pero dado que el tiempo corría en contra de la película, el músico no tuvo mucho tiempo para componer demasiado material y es por ese motivo que se emplearon temas de sus tres discos ya editados: La valse des monstres, Rue des Cascades y Le Phare. Los números creados expresamente para la película fueron introducidos después, sustancialmente modificados,en el álbum L’absente de Tiersen,editado casi a la vez que la BSO de la película. El compositor concedió un protagonismo casi absoluto al piano y al acordeón (que refuerza el espíritu parisino del film), pero también utilizó el banjo,el bajo, el vibráfono e incluso hasta una rueda de bicicleta para el tema La dispute, que suena en los títulos de crédito iniciales.En algunos casos,como en el Vals de Amelie,se utilizó una versión original para piano y otra orquestada. El espíritu minimalista de las composiciones de Tiersen y su extraordinaria luminosidad,intimista y a la vez profundamente alegre, sintonizaron a la perfección con las coloristas imágenes de Jeunet y el universo naif de su protagonista. El disco se convirtió en un super ventas e incluso en Canadá obtendría un disco de platino. Curiosamente, y a pesar de que Amelie fue nominada a cinco Óscars (no obtendría ninguno por causa de un boicot a su distribuidora), la música de Tiersen no figuró como candidata a la estatuilla dorada. Dos años después,Tiersen escribiría la BSO del film Good bye Lenin en la que se escuchaba nuevamente un tema aparecido en Amelie: Comptine d’un autre été; l’aprèsmidi. Desde entonces su carrera cinematográfica parece haberse atemperado, algo que, de momento, también parece haberle sucedido a Jeunet.