El pianista Albert Nieto es intérprete, docente, investigador, doctor en música, autor de seis libros de técnica pianística, conferenciante, gestor musical, guionista de programas de radio y compositor. Como músico inquieto e innovador que es, ofrece para este año 2024, además de otros programas, dos conciertos teatralizados para voz y piano en los que interviene como guionista y pianista-actor. Son sendos homenajes a Victoria de los Ángeles y Carmen Conde.
Por Susana Castro
Toda una vida dedicada a la música parece que da para mucho. ¿Te queda alguna faceta musical por abordar?
Por desgracia, una sola vida no da para todo lo que a mí me gustaría hacer, como completar la grabación de la Suite Iberia, o publicar unos textos sobre los pedales celeste y tonal, las grafías contemporáneas, la escritura de Beethoven… Creo que tengo suerte, o desgracia, según se mire, de que me gustan mucho todas las facetas que se han citado. Pero en estos momentos, lo que más me apetece es elaborar programas teatralizados, seguir componiendo más piezas de índole ‘gestual’que motivan mucho a los jóvenes estudiantes, y ayudar a los pianistas que son receptivos a la importancia del gesto expresivo para comunicarse mejor con el público. En definitiva, siento la necesidad de ampliar las posibilidades creativas y comunicativas que otorga el campo musical.
Precisamente, de los seis libros de técnica pianística que son referencia para los opositores, me ha llamado la atención el titulado El gesto expresivo del músico, que se complementa con El gesto expresivo del pianista, en los que se incluyen más de 500 vídeos ¿Una publicación multimedia vale más que mil palabras?
Era necesario este formato, pues el gesto expresivo requiere de una percepción visual, y no hubiese tenido apenas sentido sin incorporar los vídeos. Ha sido un trabajo inmenso, pero, a su vez, fue muy estimulante y gratificante considerar que este tema concernía no solo a los pianistas sino también a cualquier músico. Pude constatar que hay muchos intérpretes que otorgan importancia al gesto expresivo y a otras tendencias que hoy en día está incorporando la música clásica con el fin de lograr un mayor acercamiento al público. Afortunadamente, el desenfado e incluso el humor están entrando como una corriente de aire fresco, desapareciendo poco a poco el sambenito de ‘música seria’.
Queda por avanzar en el campo de la enseñanza, donde todavía impera una tradición demasiado hierática, e incluso en el ámbito de los concursos. Es una pena, pues si desde los primeros cursos se fomentara la libertad gestual en los niños junto a la profundización de la imagen estética del discurso narrativo, estos la asumirían como una forma de comunicación completamente natural y hasta placentera, reduciéndose el miedo escénico y acrecentándose su motivación. En cambio, se produce una enorme contradicción cuando un alumno interpreta una música de carácter alegre o danzante con un semblante serio o preocupado y en una actitud gestual hierática. En estos casos, el alumno debería sonreír y bailar delante del instrumento o con él a cuestas si es el caso. También es muy conveniente que domine la obra, que interprete de memoria y que evite mirarse las manos, aspectos que rompen la conexión con el público. Sería deseable que en España se impartiera de forma habitual la expresión corporal en los centros educativos, tanto de régimen general como musical.
A propósito de tu faceta pedagógica, has colaborado algunas veces con Melómano.
Además de algún artículo esporádico, redacté otros once que fueron recogidos en la sección titulada En un rincón del conservatorio, donde abordaba cuestiones pedagógicas con una cierta crítica hacia el modelo de enseñanza del conservatorio; posteriormente estos artículos se plasmaron en el libro Tecleando, que también contiene análisis didáctico de piezas de diferentes niveles, con especial atención a Bach en homenaje a mi profesor Frédéric Gevers; y también dedico un capítulo de homenajes a diferentes pianistas y compositores con los que tuve especial relación.
Con las numerosas ediciones de la Suite Iberia de Albéniz que se pueden encontrar, ¿por qué te planteaste hacer una nueva revisión?
La digitación y la pedalización son dos temas en los que he profundizado mucho, reflejado en sendos libros, y la Suite Iberia es una de las obras más fascinantes y complejas, por lo que pensé que aunando ambas cuestiones podría ayudar a los que quisieran abordar esta obra.Además, pensé que podía introducir aportaciones de índole pedagógica y musicológica como señalización de los puntos estratégicos de memorización, análisis formal-armónico, análisis de los manuscritos y de la primera edición impresa, comentarios generales y de cada una de las piezas… Fue un trabajo inmenso y está dedicado a la pianista Rosa Sabater, de quien tuve la suerte de recibir sus consejos.
En la edición, hecha con mimo por la Editorial Boileau, he podido transmitir algunas de sus prácticas digitaciones, así como su influencia interpretativa en el disco que grabé para la ocasión. Precisamente este año se han realizado unos actos de homenaje a la pianista catalana a cargo de la Associació Catalana d’Intèrprets de Música Clàssica con motivo de cumplirse cuarenta años de su fallecimiento en un trágico accidente de aviación.
Te ha interesado también la labor de divulgación musical y de gestor, pues ejerciste como director del Conservatorio Superior de Vitoria y creaste un ciclo de música contemporánea.
La presencia de Carmelo Bernaola en el conservatorio hizo que se respirase música contemporánea continuamente. Por eso creé un ciclo de conciertos que continúa después de 25 años; pero de lo que me siento más orgulloso es de haber establecido un convenio entre el conservatorio y el ayuntamiento para ofrecer conciertos pedagógicos a los jóvenes, y que alcanzó un éxito enorme. Este tipo de conciertos para jóvenes o para toda la familia debería ser una tarea prioritaria para todos, ya que el público va envejeciendo rápidamente, y la difusión de la cultura musical es imprescindible para la sociedad.
Has dejado constancia de tu faceta interpretativa en una quincena de discos, donde abunda la música de cámara, especialmente con el Trio Gerhard.
Tuve suerte de tener en Vitoria unos compañeros de altísima calidad, como el violinista canario Víctor Parra y el violonchelista francés François Monciero, y abordamos la obra de cuerda con piano de Gerhard, Montsalvatge y Granados. Especialmente gratificante fue grabar la música de Granados después de revisar los manuscritos y corregir numerosos errores de la edición, lo que no se había hecho hasta entonces. Otros discos de cámara son los dedicados a Salvador Brotons y a compositores vascos; y también grabé monográficos con la obra pianística de Ángel Oliver, Anna Cazurra y de colectivos de compositores catalanes, vasco y gallegos.
Esta revista ha otorgado el Melómano de Oro al álbum titulado ‘Cantando a dos poetisas’, donde has tenido la colaboración de la soprano Lorena Paz Nieto, y donde nos ha sorprendido gratamente tu faceta de compositor. Miquel Ortega, compositor, director de orquesta y pianista, comenta en el prefacio de la edición de Besos que son cuatro canciones frescas, atractivas y de indudable valor musical.
Ha sido una gran satisfacción haber recibido el reconocimiento otorgado por Melómano por la gran ilusión puesta en el disco debido al gran esfuerzo que representó, sobre todo por el hecho de haber encargado canciones a nueve compositores. Ante todo, quiero aclarar que Lorena Paz Nieto y yo no tenemos ningún parentesco, pues es la primera pregunta que nos suelen hacer. Ella es una magnífica soprano coruñesa que reside en Londres desde hace años, desde donde desarrolla una intensa actividad liederística y operística.
En cuanto a Besos, es una de mis primeras composiciones para voz y piano, y nació porque no pude resistirme a musicar unos sensuales y maravillosos poemas de una escritora que debería tener un mayor reconocimiento, la bilbaína Ángela Figuera Aymerich; a ella le doy todo el mérito que la opinión experimentada de Miquel Ortega me ha otorgado a mí. El disco es de marcado carácter feminista, pues está basado en la poesía de las escritoras Ángela Figuera Aymerich y Carmen Conde, que se caracterizaron por defender los derechos de la mujer; y además contiene obras de nueve compositoras.
Te has caracterizado por difundir la música española, especialmente la contemporánea, habiendo estrenado más de cien obras, incluyendo obras de Mompou, Montsalvatge y Juan Hidalgo Codorniu, ¿continúas en esa línea?
He tenido la suerte de frecuentar a los compositores que has citado. Al solicitar a Xavier Montsalvatge un cuarteto con piano, me ofreció Recóndita armonía para que la estrenase, cuarteto que había guardado en un cajón debido a las reticencias que tenía por tratarse de una de sus primeras obras; pero quedó muy satisfecho de la grabación. También interpreté su bellísimo Concerto breve para piano y orquesta bajo su supervisión. Juan Hidalgo fue amigo de John Cage, de quien se consideraba su hijo musical, y se caracterizó por una escritura aleatoria, sin apenas notación y con muchos sonidos y ruidos fuera del teclado. Me confió el estreno de Aulaga 1 dedicada al famoso pianista David Tudor que, a pesar de estar escrita en 1959, nunca se estrenó por diversas circunstancias.
Me siento también cercano a la música de José Luis Turina, Salvador Brotons y David del Puerto, de quienes he estrenado varias obras. Considero un deber interpretar la música española actual, y creo que fui el primer profesor de piano que la incorporó en un apartado específico de la programación de un conservatorio. Como intérprete, ahora estoy centrado en la modalidad de voz y piano, de la que ya he estrenado una veintena de canciones.
He sentido la necesidad de ampliar mi comunicación con el público a través de programas teatralizados que, a pesar del gran esfuerzo que requieren, compensa por la constatación de que el público está ávido de este tipo de propuestas. Por ejemplo, para el programa en el que rindo homenaje a Victoria de los Ángeles, he necesitado tres años para elaborar el guion, y por otro lado he creído conveniente asistir a cursos de formación teatral. Pero siempre te puedes encontrar con agradables sorpresas, como descubrir una canción de Mompou, titulada Vocalise, que había dedicado a Victoria de los Ángeles y que nunca se atrevió a dársela; la pude estrenar en el Teatro Arriaga junto a la soprano Carmen Romeu. Otra circunstancia que ha surgido al elaborar el guion es que consideré oportuno redondear el programa con dos composiciones de nueva creación. Yo también me animé a escribir Dos homenajes, con la gran satisfacción de que el compositor José Luis Turina haya comentado en el prefacio de la edición que son dos pequeñas joyas.
Ya que estamos en el campo del pianista repertorista, creo que Rubén Fernández Aguirre fue alumno tuyo.
Así es, en el Conservatorio Superior de Vitoria tuve como alumnos al bilbaíno Rubén Fernández Aguirre y también a los vitorianos Alfonso Gómez y Daniel Oyarzabal; los tres tenían las ideas muy claras sobre su futuro musical, por lo que fue muy fácil ayudarles en su formación. Como es bien sabido, Rubén es desde hace años el pianista de los mejores cantantes. Alfonso es catedrático de piano en el prestigioso Conservatorio de Freiburg, en Alemania, y es un gran paladín de la música contemporánea. Daniel es bien conocido como organista y clavecinista. Pero de lo que me siento más orgulloso es de haber ayudado a que muchos de mis alumnos se hayan abierto camino en el mundo de la música. A mi modo de ver es la mayor satisfacción para un profesor, y quizá lo más meritorio.
¿Qué proyectos tienes para 2024?
Mantener el programa ‘La zarzuela y otras danzas’ para dúo de piano a cuatro manos, donde se aborda un repertorio con mis adaptaciones y recreaciones de música de zarzuela, habaneras y valses, donde se incluye la escenificación.
En la formación para dúo de voz y piano, además de continuar con el programa homenaje a Victoria de los Ángeles iniciado en 2023, también homenajearé a la escritora Carmen Conde, pues se cumplen los 45 años de su discurso de entrada en la Real Academia Española de la Lengua. Colabora conmigo la soprano Sofía Gutiérrez-Tobar quien, además de cantar y actuar, también bailará. Con el guion aspiro a ofrecer un espectáculo lo más completo y variado posible.
Otros dos programas que ofrezco a partir de este año, en los que tengo la colaboración de la reconocida mezzosoprano Marisa Martins, son ‘Alrededor del compositor Ros Marbà’ y ‘Batutas compositoras’. En el primero de ellos, se estrenarán varias obras del prestigioso director de orquesta, cuya escritura es de una gran valía y dificultad. Precisamente Marisa ha colaborado con el maestro en varios discos y en numerosos conciertos. En ‘Batutas compositoras’ hago un reconocimiento a los directores de orquesta españoles de todas las épocas que han dedicado parte de su tiempo a componer.
Para mí es una gran suerte poder desarrollar estos proyectos y sentir que puedo seguir aportando algo diferente al público.
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