La vocación guitarrística de Adrián Baratech se manifestó desde los 6 años. Ha ofrecido cursos y recitales con su instrumento y ha colaborado como solista como orquestas como la Filarmonía de Madrid. Miembro activo de la Associazione Amici della Chitarra del Ticino y profesor en el Centro Superior Katarina Gurska, ahora acaba de sacar su nuevo álbum, ‘Romanticismo meridional’.
Por Alicia Población
¿Cuál ha sido el impulso que le ha llevado a grabar este álbum?
Siempre he sentido muy cercana la música del siglo XIX; crecí escuchando música en casa y a menudo eran Schubert, Beethoven o Brahms quienes sonaban en el tocadiscos de mis padres. Cuando, a medida que avanzaba en mis investigaciones con la guitarra, fui descubriendo compositores que, de alguna manera, se asemejaban a esa música que tenía tan integrada y que, a su vez, se conocía tan poco, vi clara la idea.
Además, cuento con la incalculable colaboración de la familia Ramírez, a la que estaré eternamente agradecido por haber construido para mí la guitarra ‘Romántica’ con la que interpreto ese programa y con la que grabé el disco. A todo esto, se sumó la amistad que me une con Javier García Verdugo, cuyo sello, La Buhardilla Records, quiso grabar y producir el disco.
‘No obstante, ese siglo XIX que ensalzó tanto su figura como su instrumento, vivió momentos cumbre y decaimientos. Para explicar lo que sucedió con la guitarra durante la larga centuria es necesario recurrir a nombres, muchos de los cuales son completos desconocidos o han pasado desapercibidos’. ¿Por qué la selección de las obras de los compositores que conforman el disco podría explicar lo que sucedió con la guitarra en el siglo XIX?
En el disco hemos conseguido arrojar un poco de luz sobre lo que fue el panorama guitarrístico de la época en España, Francia e Italia. Así, se muestra no solo la música de algunos de los grandes nombres de la época, como Aguado, Coste o Giuliani, sino también una pequeña representación de otros nombres que la historia ha tratado con menos atención, y que plasman en sus obras ideas, técnicas y estilos compositivos característicos y propios.
¿Por qué se asocia al tarraconense José Brocá con el resurgimiento de la guitarra en la zona? ¿Qué fue distintivo en su música para poner otra vez en moda el instrumento?
José Brocá consiguió en su música encontrar el equilibrio entre lo que estaba de moda en los círculos cultos de la Barcelona del XIX (uno de los epicentros culturales y musicales de la época) y las posibilidades técnicas y sonoras de la guitarra romántica. Debido a su fama como docente, muchos contemporáneos suyos quisieron hacerse con sus obras y así poder ‘lucirse’ interpretándolas entre amigos. No olvidemos que, en aquel momento, las reuniones privadas eran a menudo el lugar idóneo para compartir música.
También el guitarrista Marco Aurelio Zani de Ferranti tuvo algo que ver en cambio de la concepción peyorativa que se tenía del instrumento tras el auge que hubo en París, Guitaromanie. ¿Qué caracterizaba a este músico?
Como bien recoge Miguel Ángel Ríos en el libreto que acompaña al disco, de Zani de Ferranti músicos como Hector Berlioz dijeron que era un ‘maestro único en su campo’. Lo que le caracterizó fue una base técnica muy sólida —inspirada enormemente por su amigo Niccolò Paganini—, así como la inspiración de Gioachino Rossini o María Malibrán, con quienes mantenía una estrecha amistad.
Estos nombres le abrieron la puerta al gran público, que pudo apreciar su música no sólo en Italia, sino también en Bélgica, Inglaterra, Alemania, Dinamarca y Estados Unidos. De este modo, esa visión poco favorecedora de la guitarra pudo cambiar a su alrededor, influyendo en un público muy amplio.
Entre los compositores que incluye en el disco también está Napoleón Coste, que realizó significativos experimentos en la guitarra como la inclusión de una séptima cuerda en el grave. ¿En la Serenade y el Scherzo de Coste que suenan en el disco se pueden distinguir otros usos particulares del instrumento reflejados en sus piezas?
Pienso que esta es más bien una pieza muy característica y representativa del estilo compositivo de Coste, con una primera parte más tranquila, la Serenade, que seguramente escribió pensando en una interpretación nocturna, y una segunda parte, Scherzo, que presenta un virtuosismo típico en su música.
En mi opinión, puede destacarse en esta obra —especialmente en la segunda parte— su semejanza con la música española. Si bien Coste no vivió en España, creo que de su amistad con Aguado y, especialmente, con Fernando Sor en París, pudo desembocar en una fusión de estilos. Es habitual encontrarse con compositores españoles imitando otros estilos europeos, pero no lo era tanto en sentido inverso; ahí sí podemos decir que Coste experimentó con una sonoridad que, hoy en día, está totalmente asociada a la música para guitarra española.
¿Por qué cree que la música de estos autores ha estado relegada durante tanto tiempo a un segundo plano?
Una de las razones principales es que estos músicos tuvieron la suerte y, al mismo tiempo, la poca fortuna, de coincidir con otros nombres de la guitarra que eclipsaron inevitablemente a tantos otros. Por otra parte, el siglo XIX fue muy prolífico para la guitarra. Muchos músicos, no siempre profesionales, escribieron música para un instrumento que estaba enormemente presente en el ámbito privado. Siendo así, es fácil que caigan en el olvido obras de gran calidad que se mezclaron entre otras que seguramente no lo fueran tanto.
Muchos de los compositores escogidos realizaban también una labor pedagógica. Usted es profesor en el Centro Superior Katarina Gurska de Madrid, ¿qué puede aportar este trabajo discográfico a la enseñanza del instrumento?
Como docente estoy convencido de que es importante transmitir al alumnado no solo lo que sabemos del instrumento o de su técnica, sino también mucho más repertorio del que a menudo encuentran en las guías didácticas, o incluso en los escenarios. Algunas de las piezas recogidas en el disco forman parte de colecciones escritas expresamente y con dedicatoria para los alumnos —a menudo, alumnas— de los compositores.
Cuando te encuentras en una audición de alumnos es edificante ver que descubren con interés el programa que tocan sus compañeros y que desconocían. Esto genera también que, cuando tengan que elegir sus programas, se atrevan a buscar más allá de lo que ya conocen y saben que funciona en las salas de conciertos.
En ese sentido, este disco también puede ser una pequeña guía para ellos. Me ocurrió recientemente que, una alumna mía de apenas 7 años vino a ver el concierto que ofrecí en el Museo del Romanticismo en Madrid, y en la siguiente clase me preguntó si podía tocar ella también ‘esa música tan bonita, aunque a lo mejor un poco difícil’.
Del mismo modo que ha realizado transcripciones de los lieder de Schubert para el recital con la mezzosoprano Lucía Caihuela, ¿se plantea realizar otras transcripciones de obras compuestas para otro instrumento?
Sí, por supuesto. A nivel pedagógico es algo que realizo habitualmente para la Orquesta de Guitarras de Katarina Gurska, de la que soy director. También en el ámbito concertístico he realizado recientemente alguna transcripción, como ‘Granada’, de la Suite española de Albéniz, escrita originalmente para piano y que interpretaré en octubre en el Festival Internacional de Guitarra ‘Andrés Segovia’ en Madrid.
Próximamente tendré la oportunidad de tocar dentro del ciclo de conciertos MusaE, organizado por el Ministerio de Cultura y Acción Cultural Española y comisionado por Juventudes Musicales y para ese concierto también he recurrido a transcripciones de piezas para clave o cuarteto de cuerda, por ejemplo, y lo seguiré haciendo en el futuro.
¿Qué les diría a aquellos melómanos que estén pensando en adentrarse en la escucha de este disco?
Les diría que es un disco que está pensado y grabado para ser disfrutado. No es necesario tener grandes conocimientos musicales para apreciar la calidad musical de los compositores que lo conforman ya que la mayoría de las obras se apoyan sobre melodías tremendamente cautivadoras que, creo, facilitan una escucha placentera.
Cada vez que he tocado este programa en concierto, no solo he recibido el entusiasmo por parte del público, sino que directamente me han preguntado cómo podían conseguir el disco para volver a escucharlo. Para mí, esa es la señal definitiva de que la acogida es buena por parte de todo tipo de públicos.
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